16 marzo, 2024 

 

 

 

 

 

por Pilar Molina


¿Seguimos? Ojalá que estos cuatro días no sean un anticipo de los dos últimos años de Gabriel Boric, donde ya nada parece sorprendernos.


En los últimos cuatro días (lunes a jueves) son tantos los hechos insólitos que revelan deterioro, que ya no hay lugar para sorpresas. Empezamos el lunes 11 con el Presidente Boric y todos sus ministros repitiendo a coro la pauta levantada para el segundo aniversario de este gobierno: “El país está mejor que como lo recibimos”, “vamos a entregar un Chile mejor”, como aseguró el Mandatario.

Algunos de sus ministros se aventuraron a introducir el concepto de “normalización o estabilización del país”, que logró esta administración. Porque como aseguró el Presidente, “nosotros recibimos el país con una crisis de orden público, con la migración irregular desatada, con la violencia en la macrozona sur al alza y con un crimen organizado y homicidios creciendo”. También mencionó el control de la inflación.  

¿Vale la pena contestarle, siquiera, a autoridades incapaces de reconocer su éxito en el objetivo de desestabilizar Chile, como lo comprometió el RD Sebastián Depolo? Gracias a la promoción de los retiros previsionales dispararon la inflación. El apoyo al desorden público, a los fuegos artificiales narcos en la plaza Baquedano, a los ataques a los cuarteles y a las tomas y usurpaciones, expandió el crimen organizado y desató la inédita “crisis de seguridad”, admitida por la propia izquierda. El bloqueo del actual oficialismo a cualquier intento de regularizar la migración clandestina, incluyendo presentaciones ante el Tribunal Constitucional, nos tiene a tope con los problemas por la carga y la calidad de migrantes avecindados. “Seguimos” es su lema, sí, pero usando los militares en forma permanente para contentarse con bajar un poco los actos terroristas en la Macrozona Sur, los que antes miraban con complicidad.

En la misma semana, Boric ha defendido los gustos personales que se está dando con la política exterior, invitando primero y desinvitando después a la Fidae al país del que más dependen nuestras instituciones de la Defesa y la policía. Confundiendo la arrogancia con el mandato constitucional de “conducir las relaciones políticas con las potencias extranjeras”, se ha limitado a responder: “no voy a entrar en polémicas”.

“Seguimos”. Dos días después que el alcalde de Maipú, Tomás Vodanovic, pidiera a La Moneda la presencia de militares, el gobierno despierta de su ensoñamiento y a través de la Delegación Presidencial, activa el allanamiento de la toma en Maipú donde fue encontrado enterrado bajo hormigón el militar venezolano asesinado por sus compatriotas y a quien el Mandatario le dio refugio político. Con la policía demolieron viviendas donde había trata de personas, prostitución y drogas. El mismo operativo, “de matinal”, replicaron en otra usurpación de extranjeros, en Cerrillos. Ambas son tomas que el boricismo exigió no tocar a cambio de aprobar la ley de usurpaciones, actitud que ha disparado los campamentos a casi 1.500 en todo Chile. Pero, se entiende el salto mortal. Este año hay elecciones municipales donde los alcaldes tendrán que responder por la seguridad y el alcalde de Revolución Democrática de Maipú es la principal carta para presidir el Frente Amplio cuando se convierta en partido.

Y “seguimos” con la noticia que hay 3 mil niños que no tienen cupos en los colegios públicos, que hoy no enfrentan competencia, gracias a la reforma que apoyó la izquierda con su mayoría en el Congreso de Bachelet 2. El sistema SAE no los iba a seleccionar y todos recibirían educación “gratuita y de calidad”, pero no tienen dónde ejercer ese derecho. A los padres la autoridad les ordena matricularse donde sea que encuentren cupo, o bien, que sus hijos rindan exámenes válidos. El ministro de Educación, que no se urgió para reparar los colegios de Atacama para que pudieran comenzar el año escolar a tiempo, asegura que no es un problema de ahora, porque, aunque se han creado 13 mil cupos desde 2022, más de 150 mil hijos de extranjeros han solicitado cupos para estudiar. ¿Por qué no se matriculan en colegios particulares subvencionados? Porque la misma ley de inclusión hace imposible crear nuevas escuelas para ajustar la demanda (tienen que demostrar que no hay cupos en las públicas).

Avanzamos al miércoles, cuando en un debate empresarial, el ex titular de Sofofa, Bernardo Matte, cuestiona que la rigidez laboral está aumentando la informalidad, perjudicando sobre todo a los más vulnerables. Dentro del 20% de menores ingresos solo el 15% tiene empleo formal. A la ministra Jeannette Jara le salta su alma comunista ante el drama. Asegura que hay flexibilidad suficiente y que, en parte, la informalidad se debe a que la gente trabaja mucho y gana muy poco, emplazando a los empresarios: “¡paguen mejor!”. Por supuesto que Jara ignora que no son las grandes empresas las que pagan el mínimo. Según el INE, el ingreso mediano en éstas es de $730 mil (2022), mientras que en las con menos de cinco operarios, la mitad de ellos (mediana) recibe $396 mil o menos.

El jueves nos enteramos por el informe que entregó el equipo de reconstrucción del ex Presidente Piñera que en las zonas incendiadas en 2 y 3 de febrero en Valparaíso no hay ningún despliegue. “No hay bases, no hay escuelas ni consultorios modulares. Solo baños químicos y carpas”, como concluye devastado el urbanista Iván Poduje. Los afectados están librados a su suerte. ¿Sorprende? No, antes que él, la alcaldesa Macarena Ripamonti (otra RD) de Viña del Mar dijo que sentían el abandono y lamentó que los niños damnificados tendrían que guardar los kits escolares en carpas, porque no había colegios habilitados para ellos. El gobierno comprometió un plan de reconstrucción para fines de mes y no ha considerado el preparado y ofrecido por los colaboradores de Sebastián Piñera.

“¡Seguimos!”, como reza el logo de Boric. El panorama de destrucción de la salud es trágico. No sólo están por caer las isapres. Nos informamos el mismo jueves que casi toda la cotización del Fonasa se destina a licencias médicas. El 70%, mientras la cifra en la isapres es del 35%. Unos años atrás era cercano al 20% y junto con el salto, las listas de espera han aumentado los dos últimos años en la atención pública.

¿Seguimos? Ojalá que estos cuatro días no sean un anticipo de los dos últimos años de Gabriel Boric, donde ya nada parece sorprendernos.

Fuente: https://ellibero.cl/columnas-de-opinion/seguimos/

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