Juan Pablo Zúñiga Hertz


En mis tiempos de enseñanza básica, había un comercial de útiles cuyo jingle decía algo así como “Con Jovi Rhein, Jovi Rhein, todo me sale y me sale bien”. ¿Será que los señoritos del gobierno recuerdan este jingle? Lo dudo, porque, así como van las cosas, más bien deben cantar “todo me sale y me sale mal”

“Plan comuna segura”“Plan calle sin violencia”, “Plan Buen vivir”, etc. Planes, propuestas, estrategias, mesas de trabajo, empresas nacionales, no importa el nombre que les den, cualquier acción que el gobierno imagine realizar, les sale mal. No hay semana sin una chambonada, sin un nuevo caso de corrupción, nuevos crímenes, escándalos y números aterradores hasta para el más ignorante, pero que para los jovencitos que nos gobiernan son alentadores.

Sea por las contradicciones internas, por la inviabilidad natural de un gobierno cuya ideología choca de frente con la realidad que no comporta sus insanas fantasías, o sea por mera y simple ineptitud, la cosa es que a estas alturas realmente no hay por dónde mirar a este gobierno: por todos los ángulos posibles, allí hay un desastre. Tanto así que hasta sus propios fanáticos están comenzando a ver la luz y darse cuenta de que su líder espiritual, el señor Boric y toda la camarilla, no tienen vuelta.

Los que supimos lo que venía lo advertimos ya desde la campaña presidencial el desastre que sería y aquí estamos. El tiempo siempre da la razón. Francamente, si estos fulanos se hunden, nada le importaría a la ciudadanía. El problema es que nos están llevando a todos al desastre.

“Sólo quedan dos años, hay que ser pacientes y aguantar”, he escuchado decir. Me pregunto: ¿será que Chile realmente aguanta dos años más a este ritmo? Asumiendo que sí, le aseguro que estos cretinos habrán hecho un daño suficiente como para que en diversas áreas será irreparable. En otras tal vez el daño sería reparable en al menos una década. El problema es que el mundo de hoy anda a una velocidad de desarrollo mucho más vertiginosa, de manera que un país no se puede dar el lujo de pasar 10 años solo reparando las brutalidades de un presidente inepto para después pensar en meterse nuevamente en la carrera del desarrollo.

“Estamos a las puertas del desarrollo”. Con los pros y los contras, ¡qué imponentes y verdaderamente palpables eran esas palabras hace 15 años! Hoy por hoy, la entrada al mundo desarrollado no es más que un lindo sueño del pasado que estos infelices del maldito Frente Amplio y el Partido Comunista nos arruinaron; un sueño que estuvo tan cerca de ser realidad. Hoy nos queda conformarnos con la esperanza de la reconstrucción y, tal vez, luego de un arrebato de mea culpa del país, nunca más escoger a gente de tan ruin calaña como la izquierda nacional.

Fuente: https://viva-chile.cl/2024/05/todo-le-sale-mal/

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