por Remigio Pardo
Cuando nos informamos de los acontecimientos sucedidos a las FFAA, es importante recordar los principios y valores que rigen a las Fuerzas Armadas. Los que se basan en la ética, la tradición, y la Patria. Estos valores incluyen el honor, la disciplina, la lealtad, el valor, el respeto, la abnegación, el cumplimiento del deber, el espíritu de cuerpo, y el patriotismo. Enfatizando en su formación, aquellas virtudes como la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza, que guían su accionar, decisiones y comportamiento. En Chile, las Fuerzas Armadas son las instituciones encargadas de la defensa del país y su territorio y la función principal es proteger la soberanía, la independencia e integridad territorial,
Importante es clarificar que la integridad de las FFAA no la hacen los reglamentos, sino que la formación, la historia y actividades en las que han participado. En consecuencia la fortaleza del militar es su formación, no sus armas.
Ante situaciones recientes, donde funcionarios se han visto involucrados en actos delictivos de narcotráfico- desde luego son casos muy preocupantes- pero descartamos que las instituciones armadas estén en crisis.
Lo cierto es que es una brecha, un intento de subvertir el orden interno, el propósito es permear los valores y principios sustentados por los miembros de las FFAA.
¿Pero por qué? La pregunta es a quienes interesa el debilitamiento de las instituciones armadas, y bueno, es a aquellos que en forma permanente y persistente han estado por subvertir, debilitar, desmoralizar a las instituciones que sustentan la nación, es a aquellos que por años han actuado tratando de debilitar las instituciones del estado, en especial a las Fuerzas Armadas.
Es la izquierda subversiva, es la faceta oscura del comunismo, quienes plantean clara y explícitamente las teorías marxistas-leninistas, que lucharán para que las Fuerzas Armadas estén bajo su dominio. Si las situaciones son adversas de lo que se trata esencialmente es de ganar tiempo y posiciones en la lucha política, con el fin de debilitar substancialmente a las instituciones del estado y especialmente a las Fuerzas Armadas. Lenin plantea que, "las democracias del pueblo se erigen en la liquidación gradual de los poderes del Estado", indica incluso que en ciertas condiciones, se debe avanzar con "más suavidad, con más cuidado; más condescendencia", siendo necesaria una transición más lenta, más cautelosa, más sistemática para crear un nuevo estado socialista. Ese es el camino, corroer las instituciones y en especial las FFAA.
Ahora, en nuestra Latinoamérica el "socialismo del siglo XXI" ha evolucionado en las dictaduras castro-chavistas como Cuba, Venezuela, y Nicaragua, cuyos regímenes ejercen el poder utilizando el terrorismo y el narcotráfico, que son utilizados para corroer las instituciones y corromper la política para que actúen bajo sus designios. Y en ese sentido la droga, el dinero y el comunismo se complementan; fruto de esto son los denominados "narco-estados" que usan esta senda para obtener el poder y con estos instrumentos expanden su influencia al continente, como lo manifestara Fidel Castro, con la premisa de "usar el narcotráfico como un instrumento de lucha antiimperialista”
Y esa influencia, esa corrosión, ha llegado a nuestro vecindario. Esa contaminación llega con la inmigración ilegal, con ella viene esta lacra que es el narcotráfico y todo tipo ilegalidades.
Porque el narcotráfico sin duda entró y está presente en nuestro país, sus tentáculos se extienden contaminando con droga y dinero, que es como infiltran a las instituciones gubernamentales, a las policías y desde luego a la Justicia que es quien debe de combatirlo. Y también, como desafortunadamente nos hemos enterado, a las Fuerzas Armadas que no son la excepción y difícilmente podrían serlo, están muy expuestas.
Pero todo esto es un proceso, tiene un objetivo ya que éste es un resultado planificado y con objetivos determinados. Todo comienza y es el resultado de políticas permisivas y un gobierno ideologizado que hace la vista gorda ante la violencia y la inmigración ilegal, es éste el hilo conductor de políticas públicas perversas. Porque cuando la violencia se hace habitual, cuando el poder del estado no llega a todo el territorio y la delincuencia arrincona a la ciudadanía, es que estamos ante un colapso social. Y además, cuando los resguardos contra la corrupción son extremadamente débiles, se permean todas las instituciones del estado y las Instituciones Armadas no están exentas de aquello, aun cuando su estructura y cohesión monolítica sea difícil de corroer.
Ante el cúmulo de circunstancias adversas que ponen en peligro la defensa nacional, es cuando se requieren de unas FFAA robustas, desplegadas con un preparado contingente, con inteligencia y contrainteligencia en cada destacamento en que se cumplen las diferentes misiones asignadas. Por ello son tan importantes los valores y principios de la formación militar. Pero esta formación de las Escuelas Matrices, debe tener una duración mínima de dos años, que es el tiempo adecuado para transformar civiles en militares, este tiempo de instrucción fortalece principios y valores. Pero recién este tiempo fue disminuido a la mitad para el personal del cuadro permanente y de gente de mar. Una disminución desafortunada, ya que la formación militar, es la verdadera arma del soldado.
Además, planificado o no... y para completar el sórdido panorama, este gobierno decide, ante los pésimos resultados en sus finanzas públicas y balances fiscales, bajar el presupuesto a las Fuerzas Armadas en cerca de 40 millones de dólares. Reducción que incide directamente en sueldos y gastos generales, lo que redunda en menores dotaciones y menor entrenamiento, y que nos deja muy expuestos a los embates subversivos contra la disciplina y cohesión de sus integrantes.
Pero como la seguridad y la defensa implican gasto, se prefiere dilapidar los recursos en entregar pensiones vitalicias a exonerados truchos y delincuentes, en contratar a amigos, en fundaciones mal habidas, en eventos internacionales, en viajes y en un largo etcétera.
Pero no solo este escuálido presupuesto ha complicado el desarrollo institucional, se agrega que este gobierno al permitir un incontrolable ingreso irregular de migrantes y por tener una visión garantista con la delincuencia, con el narcotráfico y el terrorismo, ha permitido copar el territorio con violencia e inseguridad para la ciudadanía toda.
Y ante ello, el gobierno sin tomar medidas efectivas de seguridad y en un acto de pantomima, recurre a las Fuerzas Armadas para controlar la frontera norte del ingreso irregular y en la Macrozona Sur contra la violencia terrorista; lugares donde su misión es de "espantapájaros", ya que el gobierno solo autorizó desplegarse en zonas acotadas y con un accionar muy restringido.
Con esta situación y en momentos que nuestros tres países vecinos se arman, es cuando las FFAA deben fortalecerse, pero este gobierno toma el camino contrario, disminuyendo el contingente, debilitando la defensa, horadando y subvirtiendo la estructura monolítica militar del país, lo que desenmascara las intenciones de Boric. Las que ya se habían evidenciado, cuando expresaba que él estaba "más a la izquierda que los comunistas", y para reafirmar sus dichos sus principales colaboradores son de ese signo, cuya señal más obvia es el nombramiento como Subsecretario de las Fuerzas Armadas de un comunista, el que se ha encargado de incorporar a muchos camaradas al interior de ese ministerio, sin tener la menor experiencia en ese ámbito, pero muy interesados en cambiar la formación militar, cuya cultura militar ignoran, pues estos activistas políticos en su gran mayoría eludieron el Servicio Militar, tal como la gran mayoría de los integrantes de este gobierno.
La izquierda en general y este gobierno en especial, han tenido una persistente animadversión con las FFAA y una constante critica a su rol, sumado a un abandono total del conocimiento de nuestra historia, lo que ha redundado en que la ciudadanía y en especial los más jóvenes tengan una gran pérdida valórica y que sus anhelos e ídolos sean verdaderos "becerros de oro".
Ante esta situación, no hay ninguna actividad, organización o institución que esté libre de caer en la infiltración del narcotráfico. Solo con una "formación" sólida, basada en principios y valores seremos libres, tendremos democracia y un futuro auspicioso. Y por aquello debemos luchar para hacer grande a Chile.
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