Gian De Biase
Politólogo

 


Hace más de un mes que nuestro hermoso Chile se encuentra bajo ataque del terrorismo marxista. Estos que han sido organizados desde el Partido Comunista (PC), en su Liga del Mal que involucra al Partido Narco-Socialista, el Frente Amplio y el PPD, y financiados desde el exterior a través del Foro de Sao Paulo, ahora Grupo de Puebla, y, también, desde el antro de comunistas de las Naciones Unidas, han decidido de una vez por todas acabar con el modelo de prosperidad chileno.

Esto no ha sido una sorpresa ni para mi, ni para mis lectores, es algo que vengo advirtiendo hace años. Lo denuncié cuando me preguntaba ¿Quién gobierna Chile? publicado en el diario PanAm Post, y la única conclusión lógica luego de un análisis exhaustivo es que nuestra nación era contralada por el Partido Comunista, y usted se preguntará ¿Cómo es posible que un partido tan minúsculo que no se representa ni a sí mismo, puede llegar a controlar todo el Estado chileno?

La respuesta es simple, desde el retorno a la democracia y la traición inmediata de todos los políticos al Gobierno Militar del general Augusto Pinochet, los comunistas se consolidaron como las víctimas y como el extremo que inclinaría la balanza hacia la ultra izquierda marxista, siendo ellos quienes habían destruido Chile bajo la tiranía socialista de la Unidad Popular, encabezada por el alcohólico y adúltero de Salvador Allende, quien en su profunda cobardía, se suicidaría con el arma que le regaló su jefe Fidel Castro.

Es así como poco a poco, directa e indirectamente el PC, fue ingresando y contaminando, cual virus o células cancerígenas todos los espacios de la vida pública chilena, apropiándose de estos y pervirtiéndolos, con el aval y aplauso de la Concertación, ahora Nueva Mayoría o Liga del Mal, y por el otro lado, con la cobardía y silencio de los liberales agrupados en la Alianza, ahora Chile Vamos o también la izquierda no marxista.

La educación fue la estrella roja del comunismo, lograron graduar miles de profesores mediocres, fracasados, resentidos y con pésimas notas, que saldrían a ejercer la labor de adoctrinamiento, pero también invadieron sindicatos, gremios, universidades, medios de comunicación, empresas y especialmente la burocracia. Es así como durante 30 años se gestó, bajo las narices de los propios chilenos, el establishment de la izquierda castrocomunista.

No es para nadie un secreto que todas las semanas, los comunistas en busca de atención y generar conflicto, realizan protestas o llamados a paros a través de su central de vagos sindicalistas llamada CUT, los cuales no tienen éxito, porque, aunque manejan las cabezas de las organizaciones, no cuentan con apoyo del pueblo chileno, el cual ignora y detesta sus llamados a paralizar el país ¡Y ahora peor! A incendiarlo para que ellos obtengan el poder.

Pero debido a los pésimos gobiernos de la terrorista Michelle Bachelet y del mequetrefe de Sebastián Piñera, los cuales pusieron nuestra economía en jaque, ese 15 de Octubre de 2019, luego de incendiar el Instituto Nacional, decidieron incendiar el Metro de Santiago, un símbolo del desarrollo y del avance de Chile, principal medio de transporte de la clase trabajadora chilena.

De eso ha pasado un mes, como anteriormente dije, donde Chile ha vivido el horror de convertirse, por un lado, en una versión del infierno llamada Chilezuela, apéndice del comunismo cubano, con terroristas marxistas entre 14 y 36 años que salen a incendiar el país en nombre de la revolución, y por otro lado, en una opereta barata y ridícula del establishment político.

Chile se encuentra bajo ataque del terrorismo marxista ¿Y la Moneda? Pues La Moneda vacante, puesto que el presidente Piñera ha preferido entregar el país ante las exigencias del fuego y el odio comunista, aprobando ¡De forma inconstitucional e ilegitima! Un plebiscito para una asamblea constituyente, a la cual yo llamo prostituyente, porque solo busca convertir nuestro hermoso país en un burdel lleno de drogas y degeneración al servicio de los tiranos Raúl Castro, Maduro, y claro está, de las Naciones Unidas.

Piñera ha sido un gran actor en esta opereta, que aparenta tener pantalones, pero prefiere entregarse a la izquierda, puesto que su jefe George Soros lo telefonea y le aplaude su teatro, este señor ha sido cómplice del terrorismo, al impedir que tanto Carabineros de Chile como nuestras Fuerzas Armadas se defiendan ante el terrorismo marxista que busca reducir el país a cenizas para gobernar sobre ellas. Piñera tendrá el mismo trágico destino de Nerón, quien prendió cristianos cuales antorchas y dejó quemar Roma por mantener su poder.

¿Qué puede hacer el pueblo chileno? Apoyarse en nuestras fuerzas de orden y defensa, a través del movimiento chalecos amarillos. Se debe ejercer presión a nuestros valientes Carabineros y a nuestro honorable Ejército para que estos traigan de nuevo el orden, la Constitución y la paz al país. El pueblo chileno está huérfano, su establishment político lo ha traicionado para complacer a sus nuevos jefes, Raúl Castro y George Soros.

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