lunes, 13 de noviembre de 2017

 

 

          En 1957 la derecha estaba a punto de renunciar a todo con tal de evitar que el marxista Allende llegara a La Moneda. “Renunciar a todo” era apoyar al DC Frei a cambio de nada, y sólo porque la suma de la derecha y el centro derrotaban a la izquierda. Pero Raúl Marín Balmaceda, un derechista de tomo y lomo, evitó a costa de su vida (murió tras pronunciar un discurso contra Frei Montalva) que el Consejo del Partido Liberal apoyara a este último. El presidente conservador, Juan Antonio Coloma, contuvo a su vez a las propias huestes, que pretendían irse, presa del pánico, con Frei, proclamándose a sí mismo, primero, como candidato presidencial y luego transfiriéndole el apoyo del Partido Conservador a un candidato de derecha, Jorge Alessandri. ¡Sorpresa! Alessandri fue elegido Presidente, venciendo a Allende y a Frei, en 1958. Triunfo de la derecha que no se habría producido sin la muerte de Raúl Marín ni el coraje de Juan Antonio Coloma, ambos derechistas de verdad.

          Lamentablemente en 1964 ya no existían. La derecha tenía candidato propio, un radical absolutamente identificado con ella, Julio Durán. Éste encabezó el Frente Democrático, que se aprestaba a volver a derrotar tanto a Allende como a Frei Montalva. Pero hubo una elección complementaria de diputado en Curicó que ganó el doctor Naranjo, un médico marxista muy popular. Segundo salió el candidato de derecha, Rodolfo Ramírez, representativo de Durán; y tercero el “Vitrola” Fuenzalida, representativo de Frei. Y adivinen ustedes: la derecha entró en pánico, y pese a haber llegado segunda defenestró a Durán restándole su apoyo y se fue en masa con Frei, que había llegado último, ¡a cambio de nada! para derrotar a Allende. ¿Cómo le pagó su apoyo Frei? La destruyó. En la elección parlamentaria de 1965 los partidos de derecha prácticamente desaparecieron, cuando hasta entonces, en conjunto, eran la primera fuerza política. Y el programa socialista de Frei destruyó la base económica de la derecha, el agro.

          El resultado lo resume una frase obscena que repetía un amigo derechista fallecido hace poco: “Ya una vez en 1964 un democratacristiano me (autocensurado con triple X), y no me gustó”. Pero no le hicieron caso en 2009, cuando la derecha reincidió en apoyar a un democratacristiano (pese a que éste estaba recién condenado por comprar acciones con información privilegiada y antes había estado prófugo de la justicia, y “no por lindo”). Así es que se repitió el desenlace de 1970: al final terminó gobernando la heredera de Allende.

Lo increíble es que de nuevo nos encontramos a fojas uno (muchos escriben “fojas cero”, pese a que, por definición, ella no existe): con tal de que no se repitan el plato los herederos de Allende, nos dicen, hay que apoyar al mismo democratacristiano, Piñera, que tiene en su oficina el retrato de Frei Montalva, era íntimo de Aylwin y fue su continuador en guillotinar militares que combatieron el terrorismo marxista; y que ahora dice ser más próximo a Mariana Aylwin que a José Antonio Kast, el único candidato de derecha. ¡Y lo es!

Recuerdo que un pro-hombre conservador, el senador Francisco Bulnes Sanfuentes, relataba que cuando los derechistas se lamentaban de lo que les había hecho Frei Montalva, después de haber la derecha contribuido a elegirlo en 1964 tras defenestrar, presa del pánico, al candidato propio, Julio Durán (que a todo esto hizo una muy buena campaña ese mismo 1964 y evitó que el radicalismo se fuera con Allende), les replicaba: “Por culpa tuya, imbécil”.

Pues la fuga derechista hacia la DC destruyó a la derecha y no hizo sino tornar inevitable el triunfo marxista en 1970.

Hoy la historia se repite. Gran parte de la derecha insiste en desertar de su cauce natural e impedir que su candidato propio, el único de derecha, José Antonio Kast, pase a segunda vuelta. Irónicamente, bastarían a éste los votos de derecha para lograrlo, pero éstos, una vez más, huyen hacia el DC como en 1957 (lo impidió la muerte de Marín Balmaceda) y como en 1964 (Bulnes no lo pudo impedir), “para atajar a Allende o sus herederos”, y como en 2009, con las peores consecuencias para ella misma, las que siempre ha sufrido cuando ha cedido al ya histórico chantaje que hoy tiene lugar una vez más.

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.cl/

 

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