19 DE AGOSTO DE 2022 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Yo creía conocer la Constitución que presidió nuestro tránsito desde el último lugar del crecimiento (1973) al primero (1989) de América Latina y nos permitió vivir diez años más que antes y uno más que los norteamericanos. Y multiplicar por cuatro el salario mínimo real y tener diez centímetros más de estatura. Pero cuando unos jóvenes me propusieron días atrás hacer un video leyendo la Carta, resultó que ni siquiera recordaba bien lo que decía. El gobierno derrocha millones divulgando el engendro que nos puede dividir para siempre, pero no gasta nada en dar a conocer la Constitución actual. Ergo, debemos hacerlo los particulares.

A poco de la lectura nos encontramos con el artículo 19 número 15, cuyas partes pertinentes resumo a continuación: 

"La Constitución... garantiza el pluralismo político. Son inconstitucionales los partidos, movimientos y otras formas de organización cuyos objetivos, actos o conductas... hagan uso de la violencia, la propugnen e inciten a ella como método de acción política. Corresponderá al Tribunal Constitucional declarar esta inconstitucionalidad."

Añade el número 15: "...las personas que hubieren tenido participación en los hechos que motiven la declaración de inconstitucionalidad... no podrán participar en la formación de otros partidos políticos, movimientos u otras formas de organización política ni optar a cargos públicos de elección popular ni desempeñar los cargos que se mencionan en los números 1 a 6 del artículo 57 (ministros, subsecretarios, parlamentarios, altos funcionarios) por el término de cinco años, contados desde la resolución del Tribunal. Si a esa fecha las personas referidas estuvieren en posesión de las funciones o cargos indicados, las perderán de pleno derecho. Las personas sancionadas en virtud de este precepto no podrán ser rehabilitadas durante el plazo señalado en el inciso anterior".

Si Piñera hubiera presentado ese recurso al TC en noviembre de 2019 debería haber sido acogido y habrían quedado destituidos desde comunistas y frenteamplistas a democratacristianos. De hecho, la prueba de su responsabilidad en la violencia la aportaron ellos mismos, en la declaración que firmaron el 12 de ese mes, el día de mayor violencia. Confesaron que "la ciudadanía movilizada" había corrido "el cerco de lo posible" para "establecer un nuevo modelo económico, político y social" y que "el proceso constituyente ya estaba establecido por la vía de los hechos". Es decir, de facto. Habían confesado uso de la "violencia como método de acción política". "A confesión de parte, relevo de pruebas". Hasta el fiscal Abbott habría considerado probada la causal. Luego, el Tribunal Constitucional habría debido acoger el recurso. Un Presidente enérgico lo habría hecho entender "con buenas palabras". 

La declaración de inconstitucionalidad de violentistas como Teillier, Jadue, Provoste, Boric, Jackson, Quintana y compañía, habría conducido a que perdieran sus cargos por una causal jurídicamente impecable. A la calle y sin sueldo millonario. Y no habrían podido optar después a ser candidatos presidenciales ni reelegidos parlamentarios durante otros cinco años. ¿Y Chile? Una taza de leche.

¿Por qué no lo hizo Sebastián Piñera, en lugar de rendirse? Porque su gobierno lleno de abogados socialistas dedicados a perseguir militares (r) seguramente ni se lo informó. Y con el miedo que tenía... El sentido de autoridad no está en su naturaleza. Es cosa de leer la historia para ver que varios presidentes anteriores sí tuvieron los pantalones necesarios. Con cualquiera de ellos el estallido insurreccional habría sido sofocado lo mismo que los 17 que le hicieron a Pinochet en los 80, que el que le hicieron a Frei en Pampa Irigoin en los 60, a Ibáñez en los 50 y a González Videla en los 40, tras el cual éste dictó la Ley de Defensa de la Democracia que puso al comunismo fuera de la ley por nueve años. Es donde hoy se ha situado y debería estar jurídicamente.

Y Chile se habría salvado en noviembre de 2019 y seguiría progresando, en lugar de estarse yendo al diablo. Boric ni ninguno como él habría podido siquiera ser candidato presidencial.. 

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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