16 DE ABRIL DE 2023 

 

 

 

 

 

Hermógenes Pérez de Arce


Gabriel Boric felicitó a Jeannette Jara, su ministra del Trabajo, por haber sido elogiada en La Segunda a raíz de la ley que reduce las horas de trabajo de 45 a 40 semanales, sin rebaja de sueldos. 

"¡Te elogió hasta La Segunda!" , le dijo, sonriendo feliz y previendo un alza en la encuesta Cadem. De hecho, ese mismo diario aplaudió editorialmente la medida y dio cuenta de que también el propio dirigente empresarial Juan Sutil le había manifestado a la ministra Jeannette Jara su concordancia.

En el Congreso todos los partidos, salvo uno, el Republicano, apoyaron la reducción del horario. 

Todo esto parece desmentir el aserto del premio Nobel Milton Friedman, que repetía con frecuencia el dicho popular norteamericano: "There ain't such a thing as a free lunch". Traducido al chileno, algo así como "esa custión de que hay un almuerzo gratis no existe". Pero el Ejecutivo, la mayoría del Congreso y casi todos los chilenos creen que ahora todo el mundo trabajará una hora menos y podrá seguir ganando lo mismo. ¡Al fin nos habrá llegado nuestro almuerzo gratis!

Pero Juan de las Peras y Manzanas, panadero, nieto del español republicano de su mismo nombre que llegó en el Winnipeg hace más de ochenta años e instaló una panadería donde producía las mejores marraquetas, sabe que trabajando 40 horas semanales no podrá generar las diez mil semanales que vende hoy trabajando 45 horas, y de las cuales le quedan como utilidad, después de costos fijos y variables e impuestos, 200 marraquetas. Calcula que, si nada más cambia, con la nueva ley a él sólo le van a quedar 89. Le va a salir caro el "almuerzo gratis" de los demás. 

Pues éste beneficiará a los que van a trabajar cinco horas menos a la semana y van a seguir ganando lo mismo. Como Juan de las Buenas Peras y Manzanas III no quiere pagar ese almuerzo, pues no fue así como Juan de las Buenas Peras y Manzanas I y II hicieron fortuna, ya está pensando en varias cosas: una, subir el precio de la marraqueta; segunda. negociar una rebaja de sueldos con sus trabajadores; tercera, desvincular a los que pueda y contratar otros con sueldo más bajo, pues los hay disponibles; o, cuarta, averiguar cómo automatizar la producción de marraquetas, lo que ya la Inteligencia Artificial debe haber discurrido. Pensará hacer sólo algunas o todas esas cosas. Lo único seguro es que no se va a quedar pagando el almuerzo gratis de otros ni permitiendo que su margen vaya a bajar.  

Como hay un gobierno serio y honesto, su vocera, Camila Vallejos, íntegra y veraz como la que más, seguramente va a comunicar a la opinión pública que la disminución de la jornada de trabajo semanal de 45 a 40 horas va a significar menores sueldos para los trabajadores, más altos precios para los consumidores o pérdidas de empleos debidas a la automatización; o dos de esas cosas o las tres a la vez. Porque, como todos sabemos, confesará con su franqueza habitual Camila, sonriendo, "esa custión del almuerzo gratis simplemente no existe y siempre alguien lo tiene que pagar".

Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/

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