17 de agosto de 2024
Hermógenes Pérez de Arce
Amor en retirada, odio rampante. Eso es Chile hoy. Isabel Amor es despedida del Sernam regional por creer que su padre es inocente. ¿Cómo no lo va a creer, si está recién condenado a 3 años y 1 día por un delito inexistente? ("No haber podido menos que saber", búsquelo en los códigos y las leyes y no lo encontrará en ninguno).
Los jueces que lo condenaron quisieron decir que él sabía que se aplicaban torturas en el Estadio Nacional, donde confinó a terroristas y sospechosos de serlo el "gobierno legítimo" de entonces (así lo denominaba una publicación del presidente DC del Colegio de Abogados, Alejandro Silva Bascuñán, en la Revista de Derecho y Jurisprudencia de octubre de 1973).
Ese gobierno internó a los miles que capturaba. Y eran "unos diez mil" según las cifras confesadas después por Altamirano a Patricia Politzer. Más los 12 a 15 mil extranjeros clandestinos denunciados por la OEA. Patricio Aylwin en La Prensa del 19 de octubre de 1973 estimaba que había "no menos de diez mil extranjeros".
¿Dónde internar a esos miles que se iba apresando? Obvio, en el Estadio Nacional. Ahí el doctor Amor, asignado al lugar, tenía conflictos con las damas de la Cruz Roja, que iban a velar por el buen trato a los presos, pero se negaban a ser rociadas con Tánax y ponían de vuelta y media al médico, que sostenía que era una norma para todos los que iban al Estadio, para evitar infecciones.
¿Cómo podía ser un "centro de torturas" si pululaban por él las damas de la Cruz Roja?
¿Cómo condenan 50 años después al doctor Amor por "no haber podido menos que saber"? Cuando lo único que se sabía entonces, en 1973, sobre torturas eran, primero, las practicadas por la Policía de Investigaciones de Allende al joven abogado Juan Luis Ossa, que habían aparecido denunciadas en la primera página de El Mercurio del 23 de enero de 1972 y ni siquiera Allende, el gobernante responsable de Investigaciones, las había desmentido.
Y la otra denuncia de torturas que "no podía menos de saber" el doctor Amor a fines de 1973 era la contenida en el número 10 letra g) del Acuerdo de la Cámara de Diputados de 22 de agosto de ese año, que imputaba al régimen de Allende, textualmente: "10°: Que entre los constantes atropellos del Gobierno a las garantías y derechos fundamentales establecidos en la Constitución, pueden destacarse los siguientes: g) Ha incurrido en frecuentes detenciones ilegales por motivos políticos, además de las ya señaladas con respecto a los periodistas, y ha tolerado que las víctimas sean sometidas en muchos casos a flagelaciones y torturas".
Eso era todo lo que "no podía menos de saber" el doctor Manuel Amor Lillo en 1973. Y ahora lo meten preso por eso. Pero todos los que estábamos vivos ese año en ese tiempo sabíamos o "no podíamos menos que saber" lo mismo. ¿Nos vamos a ir todos presos? ¿Dónde vamos a caber? ¿En el Estadio Nacional?
Si la "ley pareja no es dura", sería lo único que estaría faltando, porque el odio ha vencido a la razón, mejor dicho, al Amor.
Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/
.