20 de agosto de 2024
Hermógenes Pérez de Arce
Después de más de 50 años desde su desempeño como médico del Ejército en el Estadio Nacional, donde fueron llevados en 1973 muchos sospechosos de subversión y terrorismo que, en número no inferior a veinte mil, había en el país, y con el aplauso de la derecha y la DC en videos de Aylwin y Frei (después, como buenos chilenos, cambiaron) el doctor Manuel Amor Lillo creía tener derecho a una vejez tranquila. Nadie lo había acusado de nada.
Pero el doctor no contaba con el afán de lucro propio de todos los seres humanos. Hoy y siempre lo único que importa es sacarle plata al fisco. El diputado UDI Felipe Ward había dicho alguna vez que "los derechos humanos son una especie de cajero automático que usa la izquierda para sacar plata". Ese dicho llevó a Sebastián Piñera a no nombrarlo ministro del Interior, cuando estaba a punto de hacerlo. Tenía el mayor cuidado de no rozar a la izquierda ni siquiera con el pétalo de una rosa. El episodio está en "Tiempos Mejores" de Jorge Selume, best-seller.
Pero ahora el doctor Manuel Amor Lillo ha sido condenado a 3 años y un día por no haber hecho nada. Como todo militar que ejerció entre 1973 y 1990, es presumido culpable. Las Cortes de Apelaciones y Suprema lo condenan porque "no pudo menos que haber sabido" de supuestas torturas a Luis Corvalán Castillo que hoy, 51 años después, denuncian a la justicia sus descendientes, y sobre todo los abogados de éstos. Se aprestan a cobrar millonaria indemnización. "He ahí la madre del cordero".
Las condenas a militares para después cobrar se logran mediante el ardid del "secuestro permanente", ficción confesada por el juez Alejandro Solís ante la TV en 2015; y el ardid de los "delitos de lesa humanidad", que sólo existen en Chile desde 2009 y no pueden ser aplicados a hechos de 1973. En un rapto de honestidad, esto lo dictaminó hace poco la Corte de San Miguel. ¡Alarma general de los abogados de DD. HH! Entonces Corte Suprema reemplazó a todos los ministros de San Miguel por otros que fallaran al gusto de los abogados de DD. HH. (los dueños del negocio). Lo único que importa, Ward dixit.
Entonces el doctor Amor es presumido culpable. Jurisprudencia establecida por el ministro sumariante de Temuco, Álvaro Mesa Latorre, que condena a militares por el delito de haber sido tales entre 1973 y 1990. Esto es presumir de derecho (es decir, que no se admite prueba en contrario) la responsabilidad penal. La Constitución garantiza que la ley no puede hacerlo. Pero los jueces lo hacen. Pueden hacer cualquier cosa, si es "buen negocio". Pueden hasta liquidar a las isapres y de hecho lo están haciendo. Ha sido un gran negocio para los abogados. Nadie sabe cómo se reparte el botín.
Si Corvalán Castillo fue torturado en 1973 ¿por qué no lo denunció? En esos mismos años 70 fueron denunciadas y comprobadas torturas a otros detenidos de izquierda y resultaron condenados por la justicia unos detectives del autodenominado "Comando de Vengadores de Mártires". ¿Por qué Corvalán hijo no denunció? Fue liberado y se marchó al exterior.
No estoy negando la posibilidad de torturas, porque ya en 1970 y bajo Frei Montalva un centenar de abogados de izquierda (Lagos incluido) las habían denunciado ante la Corte Suprema, por afectar a gente del MIR. La Corte no les hizo caso. La prensa dominante tampoco. Después, en el gobierno de la UP, era público que torturaban a opositores. Salía en El Mercurio y Allende no lo desmentía, y permanecía en el cargo el subdirector comunista Carlos Toro, de Investigaciones, que era el hechor. Y en el Acuerdo de la Cámara de 22 de agosto de 1973 se inculpaba a Allende de torturas a opositores.
Pero desde que el 10 de diciembre de 2004 apareciera en El Mercurio la declaración del comandante en jefe del Ejército Juan Emilio Cheyre diciendo que su institución era responsable "de todos los hechos punibles y moralmente inaceptables del pasado", los jueces lo tomaron al pie de la letra y meten presos a todos los militares que quieren. "A confesión de parte, relevo de pruebas", parecen decirse. Y después los abogados a cobrar.
Pero que ahora a la hija del doctor Amor por un delito que los propios tribunales dicen que su padre no cometió, sino del cual sólo "supo", sobre todo si el supuesto torturado fue liberado y se marchó sin denunciar nada, ya fue demasiado.
Pero la izquierda no para de operar el cajero automático. Eso es lo único real. Y si usted es contribuyente, sepa que es el que paga. Y si es civil y cree que van a perseguir sólo a los militares ¡cuidado! A mí me citó la Brigada de DD. HH. de Investigaciones, a petición del abogado comunista Eduardo Contreras, por una frase que publiqué. Probé que la frase no era mía sino que estaba en el Acuerdo de la Cámara del 22 de agosto de 1973 y me dejaron libre. A un dirigente empresarial partidario del gobierno militar también lo citaron y me llamó muy preocupado. Pero no lo detuvieron. Con el tiempo él falleció y también el abogado querellante Eduardo Contreras. Y así nos vamos a morir todos los civiles que Contreras quería meter presos.
Como los chilenos no arreglamos los problemas, el tiempo se encarga.
Fuente: http://blogdehermogenes.blogspot.com/
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