24 DE MAYO DE 2019

 

 
La otra noche me mandaron un whatsapp con la bandera LGBTI izada en La Moneda. No sé si sería trucaje pero el hecho de que uno conciba que puede ser cierto lo dice todo. 

También me llegó la grabación de un encuentro de la diputada RN Karin Luck y la Seremi de la Mujer, Isabel Varas (Evópoli), hablando ante estudiantes de la Universidad del Desarrollo acerca de la política oficial de "deconstruir" la familia tradicional. Nada de niños jugando con soldaditos de plomo ni de niñitas con muñecas, decía la Seremi.
 
¿Es que la gente no se ha dado cuenta todavía de que no tenemos un gobierno de derecha, de que es del No y que su cabeza y conductor se ha llevado a los partidos que eran de derecha y del Sí a la centroizquierda, de donde es él? 
 
En Hungría hay un real partido y gobierno de derecha, el de Víctor Orban. Su ministra de la Familia, Katalin Novak, describe todas las medidas que allá se toman para reconstituir la familia tradicional, porque la población de Hungría está disminuyendo y se quiere aumentar el número de matrimonios tradicionales y el número de hijos. Esa política tiene 79 % de apoyo popular.
 
Y en Hungría ese gobierno de derecha ha establecido una exención de impuestos para las madres de familia que tengan cuatro hijos o más. A las mujeres de menos de 40 años les dan préstamos de 33 mil dólares, sin intereses, para ampliar sus hogares y dar cabida a más hijos. En un país de diez millones de habitantes han ampliado 400 mil viviendas para que las familias sean más grandes.
 
Legalmente allá se protege a los no nacidos desde la concepción, por contraste con Chile, donde se ha legalizado el aborto en tres causales.
 
El 5 % del PIB de Hungría se destina a fortalecer la familia tradicional. Ver detalles en:
https:www.lifesitenews.com/news/christian-worldview-driveshungarys-stunningly-successful-pro-family-policies-minister-for-family.
 
Y, por cierto, es el país más anticomunista de Europa. Siempre lo fue y tuvo que soportar una invasión y terribles represalias soviéticas a mediados del siglo XX. El primer "lavado de cerebro" al estilo soviético mundialmente comprobado --similar al que acá se ha practicado a la población desde 1990-- lo sufrió allá al Cardenal Midzsenty en los años 40. El gobierno comunista lo apresó por sus prédicas en favor de la libertad y, tras muchos meses encarcelado, desde Occidente se pidió que se le mostrara en público para acreditar que estaba vivo. Entonces los comunistas lo exhibieron ante la prensa internacional y la sorpresa fue mayúscula, porque el cardenal, lívido y desencajado, dijo que los comunistas tenían toda la razón y él estaba equivocado al pedir más libertad. Estaba anímicamente tan mal tras el "brainwashing" como la mayoría de los chilenos de hoy, después de 29 años del mismo tratamiento por parte de siete gobiernos del No.
 
Pues acá los cerebros lavados están felices, por ejemplo, con la persecución ilegal a los militares (r). Y el tumor de ese mal está en La Moneda. Desde allá se origina la mayoría de las querellas que ya han llenado un penal de Presos Políticos Militares y por eso han comenzado a derivarlos a otros. Ayer oí una grabación desde Argentina, donde está preso por pedido de los prevaricadores chilenos el comandante (r) Sergio Jara, perseguido por la misma querella que tiene preso al general nonagenario, con alzheimer y sin control de esfínteres, Héctor Orozco, interpuesta bajo el gobierno anterior de Piñera por el subsecretario Ubilla. 

Los argentinos mantienen preso al oficial Jara mientras tienen libre y como refugiado al jefe terrorista Galvarino Apablaza, comunista y uno de los asesinos del senador Jaime Guzmán.
 
Y en estos días lucha por su vida en el Hospital Militar el más perseguido e injustamente encarcelado Preso Político Militar, el brigadier (r) Miguel Krasnoff. Hace poco Gendarmería le envió un oficio al penal notificándole de que podrá salir en libertad condicional el 29 de enero de 2450. Porque una ley de los del No --que ahora son todos los partidos, porque ChileVamos sigue a Piñera, que es del No-- dificultó las libertades condicionales a los Presos Políticos Militares. Pero Krassnoff nunca siquiera detuvo a nadie, salvo a Carmen Castillo, conviviente del jefe mirista Miguel Enríquez cuando éste cayó en combate, ella quedó herida y Krassnoff la llevó a una ambulancia. Y una sentencia reciente le cargó otra decena de años por la muerte en combate de Enríquez, por la que fue condecorado en 1975 con la Medalla al Valor.

Sus centenares de años de condena fueron, en su mayor parte, obra del ministro Alejandro Solís, que no probaba los delitos sino, como confesó en TV, se fundaba en una "ficción jurídica".

Una vez la ex ministra de Corte Raquel Camposano, que no llegó a la Suprema porque respetaba las leyes y entonces ningún Presidente la propuso, examinó uno de esos procesos contra militares y declaró a Lilian Olivares, en "La Segunda" de 7 de diciembre de 2013 (cita de Adolfo Paúl en su libro "Prevaricato"): “...no les aplican las leyes que deben aplicarse. Yo estuve en la defensa de uno de ellos, después de leer todos los antecedentes y convencerme de que no había tenido participación. Son varias las cosas que se le imputan. Bueno, en una dictan sentencia. Yo leo el fallo, lo requeteleo y no hay una sola prueba, porque a él lo condenan por haber dado la orden de matar a alguien. No hay una sola prueba de que dio la orden. Y lo acreditan porque fulano dice ‘ah, sí, yo supe que estuvo aquí’. Ninguno lo vio; supo, le contaron. Nadie dice que él dio la orden, nadie lo oyó dar la orden. Pero lo condenan".
 
Ése es el gran tumor que corroe a la sociedad chilena: el de la destrucción de sus valores fundamentales, como la familia, el derecho a la vida, la verdad, el respeto a las leyes y la justicia. Y la sede del mismo está en La Moneda.
 
 
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