Osvaldo Rivera Riffo
Presidente Fundación Voz Nacional


Mientras en Santiago se destruyen monumentos que representan lo más profundo de nuestra Alma Nacional, donde están aquilatados los fundamentos de nuestra Nación y se trasladan o se destruyen estatuas conmemorativas de la genialidad musical, como ocurrió en Providencia, o como ocurrirá con el monumento conmemorativo a Carabineros de Chile, por orden de su propio Director General, en países civilizados, artistas del genero jazzístico rinden homenaje a Bach, como es el caso del músico italiano radicado en Londres Tommaso Starace quien días pasados emitió un video con el Preludio para Chelo interpretado en saxo forte y ambientado bajo el imperio de la majestuosidad de las catedrales góticas. Esta obra, a juicio de los musicólogos y expertos, es considerada unánimemente como una de las mayores piezas para violonchelo jamás escrita.

Sin embargo y como suele ocurrir, durante un largo tiempo fue relegada a una mera función didáctica hasta su "redescubrimiento" por parte de Pau Casals, que a los 13 años de edad comenzó a estudiarla.

Hoy se han convertido con el paso de las décadas en parte habitual del repertorio y auténtica piedra de toque para los violonchelistas y un desafío, como lo describe Starace, "como escalar una montaña

Traigo a colación este ejemplo musical por dos razones fundamentales. Primero, Tommaso Starace fue uno de los últimos invitados al Festival Internacional de Jazz que organizábamos en la época de oro en Providencia, siguiendo con la línea de artistas de los más diversos géneros que fueran verdaderos representantes del arte de verdad y escudos frente a la cultura de la muerte que hoy asola al mundo y a Chile en particular.

Segundo, porque interpretar a Bach es recoger el sentido profundo de la genialidad al tomar al padre de la música como referente. Así entonces, cómo no recordar la interpretación improvisada de Mstislav Rostropovich durante la caída del muro de Berlín, que dio la vuelta al mundo a través de la televisión.

Asimismo han tenido lugar actuaciones en lugares de gran belleza, como la de Mario Brunello en el Monte Fuji en 2007, para acercarse al absoluto y a la perfección, según el propio interprete

Parte de las suites también fueron interpretadas por Yo-Yo Ma en septiembre de 2002, durante el primer aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001 a las Torres Gemelas.

Su fuerza expresiva, la solemnidad que enaltece el espíritu poniendo al ser humano en una dimensión distinta, es lo que hace al arte verdadero y por tanto parece no solo grotesco sino carente de toda sensibilidad que mientras el mundo se refugia en la obra e imagen de los grandes del arte  en Providencia se desprecie el talento y el homenaje escultórico, arrancándolos bajo las sombras de la noche, sin siquiera comprender que su fecunda obra es considerada la cumbre de la música barroca; destacando en ella su profundidad intelectual, su perfección técnica y su belleza artística, además de la síntesis de los diversos estilos nacionales de su época y del pasado.

Bach es considerado el último gran maestro del arte del contrapunto y fuente de inspiración e influencia para posteriores compositores y músicos, tales como Haydn, Mozart, Beethoven, Mendelssohn, Schumann y Chopin. Según Christoph Wolff, «Bach ahora asume un lugar en la música comparable con el de Shakespeare en la literatura o Rafael, Miguel Ángel o Durero en las bellas artes».

En Alemania, durante el siglo XX, se nombraron muchas calles en su honor. Además, se erigieron estatuas y placas conmemorativas en diversos países del mundo, incluidos Bélgica, Canadá, China, Finlandia, Francia, Países Bajos, Irlanda, España, Reino Unido y Estados Unidos. También se han realizado bustos y estatuillas con su imagen, que aparecen en las vidrieras de varias iglesias.

Sin embargo en Providencia con una demostración de incultura atronadora, light y utilitaria, hicieron desaparecer a Bach y a todos los otros compositores-músicos mencionados.

Una muestra indesmentible de la cultura de la muerte que promueve la izquierda y que impera de la mano de los tontos útiles que se ubican desde el centro político a la derecha, todos cruzados por un común denominador: ignorantes y como tales, insolentes con la historia.

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