Osvaldo Rivera Riffo
Presidente Fundación Voz Nacional


Corría el término del gobierno de don Jorge Alessandri. Las fuerzas políticas que apoyaban su gobierno eran los partidos conservador, liberal y radical y un amplio sector de independientes. Entre ellos eligieron como su abanderado presidencial al senador y gran orador don Julio Durán, creando una coalición política que se llamó Frente Democrático para enfrentar el tercer intento de Allende de alcanzar el poder.

En marzo de 1964 cuando los dados ya estaban tirados y tres eran los candidatos presidenciales, se muere un diputado por la provincia de Curicó. Como en esos años existían las elecciones complementarias para reemplazarlos se organizaron dichas elecciones y la derecha, como siempre tan ubicada, le dio carácter de plebiscito. Pues bien, realizadas en la segunda quincena de marzo ocurre un desastre para la Confederación Democrática ganando los socialistas con un doctor de la zona de apellido Naranjo, pasando a llamarse el proceso eleccionario "El Naranjazo".

Para evitar que estos resultados fuesen la antesala de un triunfo de la izquierda marxista en Septiembre del 64, se invitó a los dos candidatos democráticos a renunciar y elegir uno de consenso entre la Confederación Democrática y la Democracia Cristiana. Sobreviene entonces la famosa frase de Frei Montalva: "Ni por un millón de votos cambio una coma de mi programa. Antes ya se lo conocía otra frase memorable: “Hay algo peor que el comunismo, esto es, el anticomunismo”

Frente al portonazo para defender la democracia renuncia Julio Duran y la derecha despavorida, aterrada, sin condiciones corre a apoyar a Frei como mal menor dándole un triunfo arrollador. Al año siguiente, marzo del 1965, se realizan elecciones de parlamentarios y la DC arrasa en el congreso con 82 diputados de 120. La Derecha destruida se queda con 6 parlamentarios.

Ante esto la Democracia Cristiana impulsa su programa político y destruye la propiedad privada, genera los “profesores marmicoc” (fabricados en tres meses) quienes irrumpen ideológicamente en las aulas de Chile. La izquierda al aguaite apoya y aplaude la pavimentación del camino al socialismo. En el intertanto, el partido socialista se reúne en Chillán y concluye: “La violencia revolucionaria es inevitable y legítima. Resulta necesariamente del carácter represivo y armado del estado de clase. Constituye la única vía que conduce a la toma del poder político y económico…” La DC se divide y subdivide pasando esos grupos a formar parte de la izquierda dura (Izquierda Cristiana y Mapu)

La Derecha se repone del duro golpe, se disuelven los partidos Liberal y Conservador y se funda el Partido Nacional con grandes y carismáticos líderes y con un relato coherente llamado Nueva República. Ya el año 69 sería una gran fuerza política y electoral.

Pero el acecho comunista seguía y nuevamente la DC permitió el triunfo de la izquierda al apoyar a Allende en el Congreso Pleno, tras hacerlo firmar ingenuas “Garantías Constitucionales”.

Llegamos al año 2021 y se remece la historia. La DC frente al comunismo por la gobernación más emblemática de Chile. ¿Qué hará la derecha ciega, sorda, muda, atolondrada y estúpida?... ¿apoyará sin un acuerdo electoral y programático a Orrego, como mal menor? O, por el contrario, moverá sus fuerzas para que se mire el futuro con alguna esperanza y se negocien electoralmente todas las gobernaciones en disputa en segunda vuelta.

Tengo la convicción que la historia vuelve a repetirse y con peores consecuencias.

En 60 años no se aprendió nada de la historia y esta vuelve a remecernos.

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