Osvaldo Rivera Riffo
Presidente Fundación Voz Nacional


Hoy en día, cuando se ha puesto en el tapete una falsa discusión sobre nuestro lenguaje a petición de una minoría vociferante, se hace necesario refrescar ideas y conceptos sobre esta habilidad específicamente humana y de importancia capital para nuestra identidad.

Hagamos un poco de historia, el español o castellano es una lengua romance procedente del latín hablado. Es originaria de Castilla, reino medieval de la península ibérica y se incorporó y enseñó poco después de la incorporación de los nuevos territorios a la Corona de Castilla. Hay que tener presente que esta lengua tan brutalmente atropellada por ignorantes planfletarios, es la segunda lengua del mundo por el número de habitantes nativos, es decir lengua materna, tras el chino mandarín y la cuarta lengua en hablantes después del chino mandarín, el inglés y el indi, con 463 millones nativos aproximadamente, y 489 millones que lo hablan como primera o segunda lengua con dominio. Con este antecedente es considerada la tercera lengua en el mundo por el total de habitantes que lo hablan.

Hay como dato relevante más de 23 millones de estudiantes que en el mundo lo están aprendiendo, siendo con ello la tercera en comunicación internacional tras el inglés y el francés.

Pero sigamos, el español posee la tercera población alfabetizada del mundo siendo también la tercera lengua más utilizada para producir información en los medios de comunicación, como así mismo la tercera lengua con más usuarios de internet. Es decir 580 millones de personas utilizan este lenguaje para comunicarse, relacionarse y establecer los vínculos propios de una sana convivencia social política y económica. Por eso resulta sorprendente que una reducida minoría pretenda imponer un dialecto -que no tiene escritura- como norma constitucional y que se acepte como lenguaje originario. Aparte de ser una grosería con la historia es de un manifiesto resentimiento, propio de quienes quieren desnaturalizar nuestra identidad. El español, como otras lenguas romances, es el resultado de siglos de evolución a partir del latín vulgar que viene desde el siglo III de nuestra era. Tras la caída del Imperio Romano el latín vulgar fue transformándose dando otras variantes que hoy se hablan como expresión romance en distintas regiones de Europa.

Como dato importante referido a España, un estudio de una fundación privada sugiere que el valor económico del idioma español está cifrado en un 15,6 % del PIB del país. En la actualidad, tres millones y medio de personas poseen empleos directamente relacionados con el español, un millón más que la pasada década. Además, compartir la lengua española, explica que los intercambios comerciales de España con Iberoamérica particularmente, se multiplican por 2,5 veces. Compartir el español aumenta un 290 % el comercio bilateral entre los países hispanohablantes.

También son factores de valor económico; la propia enseñanza de la lengua, la industria cultural, la edición de publicaciones, la gastronomía, la ciencia, la arquitectura, el deporte y el turismo, factores que en su conjunto entregan una identidad y una fuerza nacional que ruge siempre en nuestros himnos, canciones, poemas, cuentos, tradiciones, conformando nuestro acervo cultural y nuestro patrimonio.

Según el Instituto Cervantes, en datos referidos a la primera década del 2000, el número de turistas idiomáticos que llegaron a España ha crecido, desde el 2000 hasta el 2007, un 137,6%. Y el sector turístico español cifra en 462,5 millones de euros los ingresos del turismo idiomático en España en 2007. Los 237.600 estudiantes que llegaron a España en ese año destinaron 176,5 millones a los cursos de español, de los que el 86 % fue a parar a centros privados de idiomas y el porcentaje restante a las universidades.

Con estos antecedentes, ¿dígame Ud. si no es un factor relevante de nuestra cultura defender nuestro idioma? Pero aquí los políticos enfrascados en trivialidades entregan propuestas carentes de sentido histórico sin un relato identificatorio de lo que somos y lo que queremos defender y de donde están nuestras verdaderas raíces.

De verdad es lamentable que se llenen páginas y páginas con erudiciones con harto de mucho y poco de sabio, condición que entregaría los elementos necesarios para un relato serio, carente de lugares comunes y con altura de estadistas, basados en la historia para entender el presente y construir el futuro. Seamos responsables y defendamos nuestra lengua que aparte de hermosa es una de las más complejas y rica gramaticalmente, ya que permite expresar con las palabras exactas sentimientos, conceptos, ideas. Es uno de los vehículos más perfectos de la comunicación hablada. Permite estructurar nuestro pensamiento y posibilitarnos el aprendizaje, ya que actúa como factor estructurante y regulador de la personalidad y del comportamiento social. Es la herramienta esencial para traspasar cultura.

Si dejamos que las aborígenes hechiceras sigan vociferando en un mundo de ignorancia, no me cabe duda que tarde o temprano nos tendremos que saludar con ruidos como estos:

Mary Mary wenul o Mary Mary Papay

Y si toleramos que se acepte el negacionismo, simplemente quedaremos mudos.

¡De ustedes depende!!!

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