Osvaldo Rivera Riffo
Presidente Fundación Voz Nacional


La historia es pródiga en ejemplos y circunstancias que permiten comparar entre situaciones ocurridas hace 50 años atrás y las que están aconteciendo hoy a vista y paciencia del chileno poco avispado.

Corrían los años 1972 /73 y un senador por Santiago, secretario general del partido socialista se había ganado el mote de Mayoneso Altamirano por su similitud con los locos con mayonesa, muy comunes entonces y que por sus virulentos discursos ponía en serios aprietos al gobierno comunista de la época que, si bien es cierto compartía las diatribas del senador, pensaba que tenía que ser más moderado para no exacerbar los ánimos de la derecha momia y reaccionaria y evitar que su reacción pusiera en alerta a la gran mayoría de chilenos que no quería un régimen comunista.

El Mayoneso de la época poco caso hizo a la recomendación y no sólo siguió con las diatribas sino que intentó subvertir el orden disciplinario de la Armada de Chile. Sin duda que el aturdimiento ideológico que lo aquejaba fue beneficioso para Chile, ya que despertó a la masa de chilenos que estaba comenzando a concientizarse con la idea del hombre nuevo.

No está de más recordar que la reconocida actriz y comediante, militante del partido comunista Ana González conocida como la Desideria, por Televisión Nacional enseñaba a cocinar conejo para paliar la escasez de carne y pollo y otros muchos alimentos básicos a los que nos tenía sometido Alberto Bachelet, padre de la innombrable y también de la famosa tarjeta de racionamiento JAP.

Entretanto, otra actriz comunista, Mirella Latorre, hacía una amplia cobertura televisiva de las bondades del comunismo imperante. Ella era esposa del “perro Olivares” cuyo parecido con un perro dio origen al símbolo con el  que se distinguía al canal nacional. Olivares se había convertido en el guardián periodístico de Allende, comandando la intensa, persistente y descarada campaña de propaganda del gobierno de la Unidad Popular y también se suicidó el 11 de Septiembre, arrancando cobardemente del juicio de la historia.

Traigo a colación estas circunstancias de hechos históricos para referirme al Mayoneso actual como también a las nuevas actrices del comunismo televisivo, conductoras y periodistas que si bien no enseñan a cocinar conejo, hacen algo despreciable: alimentan el odio y el revanchismo en forma manifiesta. Estas nuevas vestales del periodismo, muchas de las cuales surgieron en los recocidos de radios populares, hoy embajadoras plenipotenciarias de la moral pública, hablan y condenan como si fuesen las sacerdotisas de Ate, diosa de la fatalidad, personificación de las acciones irreflexivas y sus consecuencias. Es así como se desempeñan, conduciendo a la ruina, la insensatez y al engaño.

Todas éstas promotoras que procuran un Chile nuevo, se caracterizan por un falso orgullo y un desinterés por la verdad que apabulla, lo que sin dudas las llevará a la perdición o, si son tan valientes como se muestran en pantallas, las impulsará a seguir el ejemplo de Olivares, su mentor periodístico, por no soportar la irresponsabilidad de sus propias acciones

Hay que tomar conciencia que han sido artífices de la descomposición social y propagadoras de cuánta maldad se pueda incubar en los seres carentes de valores morales y éticos y, sin embargo, gozan de los beneficios del sistema que quieren destruir, amasando cuantiosas cifras mensuales pagadas por los paganos empresarios que corren al templo de Ate para obtener mayores utilidades, ayudando a transformar al SER humano en un objeto de compra.

Estas mayonesas en frasco chico, no son más que sirvientes del actual Mayoneso mayor, un abogado constitucionalista miembro del Circo Constituyente que, al igual que su viejo mentor, ha llamado a desconocer los fallos judiciales que persiguen a los delincuentes de las quemas y destrozos de Santiago, justificando que la actual Comisión Constituyente es la expresión de la violencia del pueblo y por tanto debería ejercer su mandato para imponer sus planteamientos. Lo que piense la gran mayoría de chilenos no importa, se trata de aprovechar la ignorancia de todos y apropiarse del poder e instaurar la Dictadura de la igualdad y de la deconstrucción moral, política, económica y social del país. Así se construirá el Chile Nuevo.

No deja de ser interesante que los frascos chicos y el grande de esta emulsión Mayonesica sigan hablando así. El único favor que habrá que agradecerles es que despertarán a Chile como lo hizo el viejo mayoneso.

La historia y sus personajes siempre sirven para reconocer el camino que la misma historia nos señala.

De ella hay que aprender, aunque la mala memoria del hombre olvide el reguero de destrucción y muerte que ha causado su inconsciencia. A veces es necesario repetir la historia y volver al orden, única garantía que fortalece la libertad.

¿Se imaginan a la arrogante Constanza o a la sabionda Mónica siguiendo el ejemplo de su guía espiritual Olivares o al resentido Daniel emulando al viejo mayoneso, vestido de monje arrancando por los potreros del sur? Muchos otros de su clase ni se imaginan que puedan encontrarse en un futuro cercano construyendo con sus manitas encremadas una casuchita donde cobijarse en Pisagua o en alguna isla lejana del sur, pasando juntos los días, rememorando la posibilidad de ser los regalones de los salones de La Moneda. Seguramente la vieja Mónica, encanecida por su odio, les cocinará las recetas que le habrá dejado como herencia la difunta actriz. La ficción me lleva a imaginarlos recordando los convites del actual gobierno, cómplice de la tragedia que ayudaron a construir.

¿Ve que la historia es útil para comparar situaciones, aunque hayan pasado tan sólo 50 años?

Los personajes cambiaron de cara pero la maldad es la misma.

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