Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional


Cuando vi la entrevista de un conocido animador de televisión al candidato de la izquierda- comunista y escucharlo decir que leía el Evangelio de San Pablo, no podía salir de mi asombro.

Sé que el comunismo, siguiendo las enseñanzas de Lenin, trabaja bajo la sombra de la mentira, la tergiversación de la historia y cuyo lema es, “miente, miente que algo queda”.

Los evangelistas fueron sólo cuatro, reconocidos por la Iglesia. Ahí tenemos a San Lucas, San Mateo, San Marcos y San Juan. La historia indica como probabilidad que la primera biblia fue escrita por San Marcos. Todos ellos nos hacen apreciar la magnificencia del evangelio y en ellos viene una advertencia de cómo el padre de la mentira intenta engañarnos, envolviendo ideas destructivas en forma de verdad espiritual, tratando muchas veces como ocurrió en la entrevista del canal 13 de tener un mensaje popular, agradable, en que la oscuridad espiritual se hace pasar por luz.

No faltó el coro de opinólogos que salieron a defender tamaña ignorancia, cayendo ellos mismos en la lógica diabólica denunciada por los evangelistas.

Todo lo anterior me llevó a pensar en una obra de teatro inglesa basada en la leyenda de Fausto, en la que un hombre vende su alma al demonio para conseguir poder y conocimiento, como una metáfora del hombre que elige lo material por sobre lo espiritual, por lo que pierde su alma. Obra escrita por Cristopher Marlowe y publicada en 1604. La historia es un tema antiguo del folclore cristiano aunque el individuo no lleve el nombre de doctor Fausto.

Así entonces, Mefistófeles se le aparece al Dr. Fausto, cansado de la vida por no tener el suficiente conocimiento, quien decide entregarle al diablo su alma a cambio de alcanzar la cumbre de la sabiduría.

En el aspecto gráfico, Mefistófeles ha sido mostrado como la representación más refinada del mal, usando ropas caras que limpien su aspecto terrorífico. Con una mente fría y racional que utiliza para atrapar mentalmente a las personas y hacer que sigan sus designios.

Mucho se ha escrito sobre Mefistófeles tanto en música, literatura, u ópera. Así la historia inspiraría el poema romántico de Goethe y las óperas de Gounod y Boito, como también una sinfonía de Liszt. Todas evocando la relación del hombre con el mal, la mentira y la negación de Dios.

Pues bien, es quizás Mefistófeles el siervo que incrustado en el Frente Amplio inspira el cambio de hábito de los ateos para conseguir fácilmente el camino al infierno. Téngalo presente, los sabios no se equivocaron al indicar la presencia permanente del mal.

Si no me cree, recuerde lo que dijo San Juan Pablo Segundo cuando una turba enfurecida de los mismos que hoy acompañan al candidato comunista, quisieron opacar la ceremonia religiosa en el Estadio Nacional:

Mírenlo a Él, señalando a Jesús

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