Osvaldo Rivera Riffo

 

Durante los últimos dos años se desplegó a nivel de medios de comunicación mundial liderados por la CNN una gigantesca campaña en contra del presidente de los Estados Unidos.

La acción comenzó durante la campaña electoral donde el nivel de intervención de la prensa fue brutalmente despiadada. El objetivo era impedir que un republicano, empresario, al margen del establishment, lograra el poder. Trump ganó las elecciones, pero como la izquierda mundial sólo reconoce el valor de la democracia cuando ellos ganan, no trepidaron en montar una campaña de descrédito por lo que hace, por lo que dice y por lo que piensa el señor Presidente, intentando que el gobierno baile al ritmo que marcan sus compases.

Se le ha dicho de todo. No hay medio de comunicación, incluidos los chilenos que no dediquen páginas enteras a las pautas emanadas de la izquierda norteamericana. Objetivo, socavar la imagen mundial del Presidente Trump.

Al interior de USA sus ciudadanos ven aumentar el crecimiento, las fuentes laborales, los índices de seguridad, ven fortalecida la identidad nacional y la defensa de los intereses nacionales. Aplauden un control más estricto de la migración y sobre todo la capacidad negociadora de su presidente que ha sabido golpear la mesa muy claramente frente a acciones de organismos internacionales, muchos de los cuales son altamente ideologizados, llegando incluso a retirarse de ellos o restar los apoyos financieros. Simplemente ha dicho: no es responsabilidad sólo de los Estados Unidos defender Occidente y tiene toda la razón.

Otros logros importantes ha sido la lucha internacional contra el terrorismo, prácticamente derrotando en Siria al principal bastión yihadista.

El pueblo norteamericano valora el camino de lo políticamente incorrecto, cansado de la politiquería y demagogia que agobia a tantas naciones.

El fallo del fiscal Mueller viene a confirmar la escalofriante, odiosa y tendenciosa mentira sobre la “trama rusa” y ha liberado de toda esta intriga política al Presidente Trump y sus colaboradores, fracasando con ello la reedición de un segundo Watergate.

Como esta mentirosa causa está perdida, seguirán buscando nuevos motivos para perseverar en su intento de desestabilización política de Trump.

Pero en esta misma línea tiene otro acompañante latinoamericano el Presidente Trump, se trata de su aliado el Presidente Bolsonaro, quien a dos meses de asumir con un contundente triunfo electoral es víctima, al igual que durante su campaña, de una actitud revisionista de todo lo políticamente incorrecto que habría dicho en su pasado. Si, justamente por tener esa posición anti sistema y por denunciar el mal uso de la política. Fue electo con más del 57 % de los votos (57 millones de electores) cifra récord en la historia política reciente del Brasil. Desgraciadamente en esta campaña revisionista, algunos sectores, medios de comunicación y personas de nuestro país no han estado ajenos. Lamentable actitud, ya que una vez más demuestran que la democracia sólo tiene valor cuando es a ellos a quienes beneficia con el usufructo del poder.

Con todo, me quedo con las palabras del Presidente Bolsonaro que dijo algo así: Fui electo por una mayoría abrumadora, creo ser más democrático que todos los que me critican.

Trump y Bolsonaro, finalmente, son los líderes de lo que quieren los pueblos libres; terminar con lo políticamente correcto y representar fielmente el sentir de sus pueblos. Es el nuevo estilo de hacer política.

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