Osvaldo Rivera Riffo

 

¿Qué significa vocera?: Es alguien que habla a nombre de otro (s)

Es tal el destemple del gobierno producto del análisis de las encuestas, que no trepida en ordenar a su vocera que eleve su llanto en memoria de Carlos Altamirano: “Un actor relevante para poder abrazar nuevamente los principios de la democracia” Fueron las palabras de la vocera y por cierto ya nada puede sorprendernos de los políticos entronizados en La Moneda.

No hay duda histórica, Altamirano fue un fervoroso marxista leninista, personaje siniestro que sembró el odio en nuestro país, de norte a sur y de cordillera a mar. Llamó a sus huestes a resistir todo intento de impedir que el gobierno comunista de su entrañable amigo Salvador Allende, consolidara su soñada “dictadura del proletariado”. En su estrategia por la instauración de esa dictadura proletaria, conjuntamente con sus socios comunistas, se dieron a la tarea de infiltrar las instituciones armadas, incluso las escuelas matrices de esas instituciones en un claro intento por ponerlas al servicio de su “revolución”.

Los comunistas estaban por realizar ese proceso de forma paulatina para evitar las lógicas reacciones adversas de la ciudadanía, pero Altamirano, en su desesperación por acelerar su sueño revolucionario sostuvo variadas reuniones con la tropa militar y el 9 de septiembre del 73 pronunció un discurso en el Estadio Chile, llamando públicamente a los soldados a la desobediencia a sus mandos. Cualquier persona, con un mínimo de información histórica habrá de saber que la división de las FF.AA. lleva inevitablemente a la Guerra Civil, con resultados de millones de muertos… eso habría ocurrido en Chile si las Fuerzas Armadas no hubiesen actuado con prontitud y eficiencia.

Por esa conducta y muchas otras, de acción y justificación de la violencia en todas sus formas, los propios socialistas lo acusaron de ser uno de los políticos más irresponsables de la época, ya que con su verborrea permitió que las fuerzas democráticas de Chile se alertaran y organizaran, llamando a las FF.AA. a poner fin a la aventura marxista.

Altamirano fue “un pije” que no trepidó en abrazar la lucha de clases, renegando de familia, tradición e historia, instigando incendiariamente la toma de fábricas, terrenos, universidades; llamando sistemáticamente a la violencia y apoyando las acciones del brazo armado del socialismo, la Brigada Elmo Catalán, encargada de amedrentar y pintar en cuanta muralla existiera el retrato del Che Guevara, uno de los asesinos más grandes de la historia, para ayudar a crear el falso mito revolucionario en América latina. Entre este dirigente socialista y Miguel Henríquez, el dirigente del MIR, hubo una absoluta coincidencia para llamar a las armas a los “proletarios” de Chile, preparando una sangrienta guerra civil.

Parecería extraño que desde el gobierno actual se tenga una consideración especial a la historia criminal de la izquierda, pero para muestra un botón que nos ayuda a  entenderlo: la Ministro de Cultura viaja a Venecia acompañada de una comitiva cuyo denominador común es el partido comunista. ¡Mala memoria del chileno! Y otro, en entrevista a un semanario nacional dijo la ministro: “en mi juventud, como todo joven, fui revolucionaria, tenía el retrato del Che en mi habitación” ¡Sin comentarios...!

Nadie recuerda tampoco que este difunto guerrillero de salón jamás dio la cara para defender al pueblo, al que usó como carne de cañón en toda su vida partidista y arrancó despavorido y disfrazado de cura el 11 de septiembre del 73. Uno más de los tantos que traicionaron a Allende, huyendo y refugiándose en embajadas cuando llegó el momento de la batalla por la que tanto habían luchado en sus discursos. Traición que bien puede haber sido la causa más íntima que llevó al ex presidente a usar el fusil que le regalara Castro, suicidándose.

En su “valiente” huida, Altamirano llegó a Alemania oriental, pero no le gustó el trato y las condiciones de vida que le ofrecieron. Olvidándose de Honecker, corrió finalmente a refugiarse a Paris, ciudad muy apetecida por los socialistas snob.

Entonces vino su renovación y, olvidándose de su pasado, consiguió que los ingenuos de siempre le besaran la mano como el gran santón de los nuevos tiempos de la democracia.

Por eso, aparte de ser patéticas las condolencias de la vocera, confirman una vez más que este gobierno no tiene ningún principio, valor o respeto por la historia sufrida por el pueblo de Chile en los 1000 días del gobierno marxista, rindiéndole homenaje a uno de los peores cómplices de cuanto crimen en nombre del socialismo se ha cometido en el mundo.

Señora Ministro, busque en el diccionario el significado de “apología” y evítela la próxima vez que se refiera a un individuo como el que acaba de morir. Tenga respeto por el pueblo de Chile, infórmese de la verdadera historia de nuestro país y no abuse de la vocería.

 

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