Osvaldo Rivera Riffo


Por sólo un par de días y atendiendo a una cordial invitación, tuve nuevamente la oportunidad de recorrer la ciudad de Lima. Capital no exenta de los problemas políticos que ellos mismos se han creado, sin embargo me sorprendió una hermosa ciudad, con un orden admirable, un respeto en la cotidianeidad del quehacer y limpieza en los rincones que se miren. Ni un sólo muro rayado o “grafitado”. El ocre de sus edificios patrimoniales y los balcones coloniales de madera de cedro impecables, dándole carácter a la ciudad y conservando su patrimonio y su historia.

Sus parques, plazas y jardines, francamente envidiables donde todo huele a tradición. Donde los faroles testigos de una rica historia iluminan cada paso del transeúnte. Sus edificios históricos con guías atentos y una cordialidad que invita a aprehender escuchando al culto interlocutor, que marcando teatralmente el discurso hilado con un lenguaje rico en términos específicos y palabras correctamente empleadas, logra sin mayor esfuerzo trasladarnos a las épocas que evoca.

Bueno, fueron primero Imperio y luego Virreinato…

Sin duda sobreviene la comparación con lo nuestro y casi con vergüenza nos preguntamos ¿y nosotros, qué podemos exhibir? Nada..., casi absolutamente nada!!! Sólo los “chamullos” creados por la pseudo cultura de izquierda, como el parque patrimonial de Neltume, epicentro del terrorismo de hace casi 50 años

Sólo calles empobrecidas en su arquitectura, producto de la locura urbana imperante, donde cada proyecto es ideado por algún iluminado de la construcción que se ha dado el gusto de su vida y las comunas más diversas se han transformado en una colección de edificios sin orgánica, que compiten por su fealdad. Por supuesto con excepciones, que no hacen sino confirmar la regla.

También destacamos por la destrucción de cuanto muro sirva de pizarrón, para pintarrajearlo con todo tipo de mamarrachos, que no sólo son insultos por el mal gusto estético, sino que groseros en el mensaje que pretenden difundir.

A todo lo anterior agregamos las geniales ideas de algunos Alcaldes, quienes intentando dejar un legado -pobre legado-  que los perpetúe en la historia de la comuna, destruyen todo vestigio del pasado, plazas, faroles de iluminación, esculturas, casas emblemáticas, etc., sin la más mínima consideración a la riqueza que atesoran esos pequeños detalles que le dan identidad al entorno urbano y a una comuna o barrio y que sirven para conocer nuestra historia, por pobre que sea.

Ya lo dije hace varios artículos atrás, si sólo dominamos 400 palabras de nuestro lenguaje en comparación con Alemania en que la media domina 8.000 conceptos de su lenguaje, entonces... ¿qué podemos esperar?

Desgraciadamente estamos llegando a un diagnóstico muy complejo: "locura".

Erasmo de Rotterdam publica en Paris en 1.511 su famoso libro escrito dos años antes "Elogio a la Locura". Libro escrito ya en la madurez de su vida, cuando se da cuenta que “la razón en el mundo apenas tiene poder y reina una insensata confusión" Sin duda extrapolando la frase a más de 500 años, "el mundo está convertido en una insania donde no existe espacio para el hombre cuerdo" y, yo agregaría a que quienes son los responsables y más afectados por este mal de cabeza, sin duda, a los políticos de profesión.

Ahí los tienen Uds. legislando para bajar los horas laborales, cuando lo que más necesita el país es producir más, Ahí los tienen discutiendo por la “imprudencia” de controlar a los alumnos del Instituto Nacional. Ahí los tienen impidiendo el control del terrorismo en la Araucanía. Ahí los tienen también evitando todo control con la migración y ahora embarcándose en la “cuchufleta ideológica” del cambio climático que hace responsables a los seres humanos y, de seguro, esperando con ansias la llegada de la nueva “Diosa Greta” quien habrá de subir a los balcones de palacio, ya que esa fotito es imperdible para nuestro regente y dará la vuelta al mundo orquestada por la izquierda.

Locura es lo que hay, y la duda de Einstein nos asalta a algunos: "tengo una pregunta que a veces me tortura, estoy loco yo, o los locos son los demás ".-

 

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