Abr 1, 2020 

 

 

 

 

Por Alexis López Tapia


De acuerdo con cifras oficiales, desde el 18 de octubre pasado a la fecha se han registrado 13.812 “eventos”, es decir, delitos subversivos, entre los que se consideran 5.824 casos de desórdenes en lugares públicos; 1.088 saqueos; 1.075 daños a propiedad pública y privada; 379 incendios y 5.446 delitos de otro tipo.

Por estos hechos, se han realizado un total de 25.529 detenciones; 14.971 por desórdenes; 5.325 por saqueos; 1.029 por daños; 246 por incendios y 3.958 por otros delitos. De estas detenciones, 24.954 corresponden a chilenos, 133 a colombianos, 132 a peruanos, 69 venezolanos, 46 bolivianos, 27 ecuatorianos, 23 argentinos, 15 dominicanos, 8 haitianos y otros 122 detenidos de diversas nacionalidades, entre ellos cubanos, brasileños, paraguayos, chinos e incluso ugandeses, totalizando 575 detenidos extranjeros.

Entre los detenidos, 4.668 han sido menores de edad, 3.276 por desórdenes; 630 por saqueos; 129 por violar el toque de queda; 280 por daños; 79 por maltrato de obra a Carabineros; 8 por tener órdenes judiciales pendientes; 236 por otros motivos y 39 por ley de armas. La mayor parte de ellos han quedado en libertad sin sanción alguna, precisamente por ser menores de edad.

Los principales lugares afectados por estos hechos han sido 1.026 locales comerciales de diverso tipo; 473 supermercados, algunos de ellos saqueados varias veces; 434 edificios públicos; 313 establecimientos educacionales; 262 estaciones de metro, algunas de ellas completamente destruidas y otras atacadas varias veces; 235 bancos y entidades financieras; 77 buses, 67 servicentros y 983 otros lugares, entre ellos, más de 60 templos de diversos credos religiosos.

De igual modo, a la fecha se han realizado 542 ataques a cuarteles de carabineros, con 152 cuarteles involucrados, 61 de ellos en la Región Metropolitana, los que concentran 376 ataques, destacándose la Subcomisaría de Peñalolén, con 64 ataques; la 54ª Comisaría de Huechuraba, con 61 ataques; la Subcomisaría de Padre Hurtado, con 50 ataques; la 20ª Comisaría de Puente Alto, con 20 ataques; la 55ª Comisaría Suboficial Cristián Vera Contreras, de Pudahuel Sur, con 20 ataques; la 7ª Comisaría de Renca con 13 ataques y la Tenencia Renaico con 10 ataques, por mencionar algunas de las más atacadas.

Durante marzo, y pese a la Emergencia nacional por la pandemia de Coronavirus que se desató este mes, se ejecutaron 61 ataques a cuarteles, con un promedio de 2,4 ataques diarios.

Paralelamente, desde el 18 de octubre 792 vehículos de carabineros han sido atacados, entre ellos 38 autos de apoyo; 45 buses; 19 buses tácticos; 428 furgones; 24 jeeps; 25 carros lanza-agua; 8 retenes móviles; 26 motos todo terreno, 167 radio patrullas y 12 vehículos de otro tipo.

Finalmente, desde el 18 de octubre se han realizado 4.294 manifestaciones, concentraciones, marchas y protestas a nivel nacional, con una asistencia calculada de 5.666.313 personas, un promedio de 1.319 personas por manifestación.

En todos los hechos señalados, 33 civiles han fallecido por diversas causas: 12 por incendio, la mayoría en supermercados saqueados; 2 por inhalación de humo; 8 por atropello de vehículos; 5 por impactos balísticos y 6 por otras causas como paro cardiorrespiratorio, traumatismo, electrocución, inmersión o causas indeterminadas.

De igual modo, desde el 18 de octubre a la fecha, han resultado lesionados un total de 1.501 civiles de acuerdo con los correspondientes certificados de lesiones: 534 por perdigones, 43 por proyectil balístico, 50 por impacto de bombas lacrimógenas y 874 por otras causas.

Del total de lesiones a civiles, 86 de ellas son por trauma ocular, el 5,73% de los casos; 10 de ellos con pérdida de visión, el 0,67% del total de lesionados. Y respecto de lesiones generadas por impacto de perdigones u otro impacto balístico, se han registrado 577 lesionados, 54 de ellos con trauma ocular. Casi el 85% de estas lesiones fue calificada por los médicos tratantes como fuera del rango de gravedad, es decir, 487 casos del total. En la mayoría de los casos de mayor gravedad, Carabineros ha instruido respectivos sumarios para investigar los hechos.

En este mismo período, del 18 de octubre a la fecha, un total de 4.810 carabineros ha resultado lesionado, 18 de ellos con resultado pendiente; 20 con pronóstico reservado; 4.105 con lesiones leves; 405 con lesiones menos graves y 262 con lesiones graves.

De ellos, 125 han resultado heridos por impacto balístico; 1 con pérdida de ojo; 52 con traumatismo encéfalo craneano; 82 con quemaduras; 33 con trauma ocular; 11 con laceraciones; 154 con fracturas; 27 con fracturas dentales; 166 con heridas contusas; 138 con heridas cortopunzantes; 436 policontusos y 2.838 con contusiones de diversa gravedad.

Así, por cada civil que ha resultado herido en los últimos 5 meses, al menos tres carabineros han resultado heridos a su vez, totalizando esos 4.810 efectivos.

De ellos, 3.066 carabineros han sido afectados en la Región Metropolitana, 314 en Valparaíso; 314 en Antofagasta; 251 en BioBío; 144 en Los Lagos; 131 en la región del Maule; 109 en la Araucanía y los demás en las restantes regiones. De ellos, 4.317 carabineros heridos han sido hombres, y 493 mujeres.

Por su parte, la Policía de Investigaciones informa que 18 cuarteles de la PDI han sido atacados y dañados desde el 18 de octubre a la fecha, y 88 detectives han sido lesionados por ataques o en funciones de resguardo del orden público a nivel nacional. El 26% de los vehículos institucionales resultó con algún tipo de daño producto de ataques.

Del 18 de octubre al 24 de enero pasado, la PDI realizó 4.801 procesos investigativos, y se detuvo a 9.490 personas por diversos delitos, de entre los cuales el 34% tenía antecedentes policiales previos. El 40% de los detenidos fue por delitos de robo y receptación. 77% de los detenidos pasó a control de detención, y se incautaron 248 vehículos y 158 armas durante ese período.

Finalmente, cabe consignar además, que al menos 10 cuarteles de las Fuerzas Armadas han sido atacados desde Octubre, entre ellos el Regimiento Carampangue en Iquique; el Regimiento N°23 en Copiapó; el cuartel N°2 de la Escuela de Ingenieros Tejas Verdes, en San Antonio; el cuartel Cavancha de la Fuerza Aérea de Chile, en Iquique; el Regimiento Colchagua en San Fernando; el Regimiento N°23 en Copiapó atacado por segunda vez; la Gobernación Marítima de Valparaíso; la Gobernación Marítima de Valdivia y un intento de penetración a la Base Aérea de Iquique, entre otros.

En efecto, un informe oficial del Ejército reporta que se han atacado al menos 12 cuarteles en 39 ocasiones desde octubre a la fecha, algunos en más de una ocasión, incluyendo la Comandancia General; el Regimiento Copiapó ya citado; el Regimiento Chillán; el Regimiento Colchagua; Chacabuco; Victoria; Yungay; la CM Coyhaique; el Centro de Asuntos Antárticos del Ejército; el CDO de la VI División en Iquique; la Brigada Motorizada N°4 en Arica y la 2ª Brigada Acorazada “Cazadores” en Pozo Almonte. En la mayoría de los ataques se registraron daños en dependencias, rotura de vidrios, lanzamiento de bombas molotov, lanzamiento de pintura e incluso ácido al personal, bengalas, rayados, e incluso robos de menor cuantía al interior de los cuarteles. En la mayoría de los casos los hechos fueron denunciados a Carabineros y PDI para dar con el paradero de los autores.

El total de 4.898 efectivos de Carabineros y la PDI que han resultado afectados en los 162 días transcurridos desde el 18 de octubre hasta ayer viernes 27 de marzo, arrojan un promedio de 30 funcionarios heridos al día, en el cumplimiento de su deber.

Así, la magnitud, amplitud, frecuencia y gravedad de los hechos que hemos consignados no tiene paralelo en toda nuestra historia. De hecho, se trata de un proceso de insurrección revolucionaria absolutamente inédito, incluso a nivel mundial.

Y es que -como lo hemos venido señalando en este canal desde nuestro primer video del 17 de noviembre pasado-, lo que ha venido ocurriendo en Chile desde el 18 de octubre no es ni un “Estallido Social”, ni mucho menos resultado espontáneo de una “Crisis Social”.

Además de que ambos conceptos son politológicamente impropios, simples eufemismos y sofismas absurdos para no llamar a la insurrección revolucionaria en curso por su verdadero nombre: Revolución Molecular Disipada. Y en particular, el intento majadero por intentar justificar el que todos estos hechos fueron provocados espontáneamente por una “Crisis Social”, resulta totalmente falso, y completamente insostenible frente a los hechos.

En efecto, en septiembre pasado el Gobierno se aprestaba a anunciar que el crecimiento esperado para el año 2019 llegaría a un 3,5%, reflejando un claro repunte en la economía que durante el Gobierno de Michele Bachelet había resultado seriamente afectada.

La cesantía del trimestre julio-septiembre de 2019 fue de sólo un 7%, 0,1 puntos menos que en el mismo período del año anterior y menor al promedio de los últimos 20 años, donde ha sido de un 9,5%. Desde noviembre de 2019 a enero de 2020, la cesantía se elevó a un 7,4%., llegando a un 8,8% en el Gran Santiago. Las proyecciones indican que la tasa de desocupación podría sobrepasar el 10% en junio de este año, sino antes.

Según datos oficiales, un 30% de las empresas en Chile declararon haber sufrido daños desde el 18 de octubre a la fecha. De estas, 8 de cada 10 fueron Pymes.

Finalmente, el crecimiento del país en 2019 se terminó situando entre un 1,8 y un 2%, precisamente por la magnitud del impacto económico de la insurrección revolucionaria en curso desde octubre.

A lo anterior, debemos agregar que, según todos los análisis, la pandemia del Coronavirus está provocando una grave recesión a nivel mundial.

En Chile, estamos a punto de caer en Recesión Técnica, y se estima que el Producto Interno Bruto, el PIB, podría caer en un 4% este año. De hecho, según datos del Banco Central, el PIB se contrajo un 2,1% el último trimestre de 2019, a partir del 18 de octubre.

Todas estas cifras sólo significan una cosa: hasta antes del 18 de octubre el país no tenía en realidad ninguna “crisis social”. La verdadera crisis social y económica en Chile comenzó a partir de ese nefasto día y se extenderá mucho más allá de este enfermo año.

En efecto, porque con la llegada del Coronavirus, que a este sábado 28 de marzo lleva 1.909 contagiados y seis víctimas fatales, todos los análisis indican que tendremos varios meses en Estado de Emergencia sanitaria y cuyos impactos serán gravísimos a todo nivel.

Este hecho ha logrado imponer finalmente el orden público, después de cinco meses donde el Gobierno fue absolutamente incapaz de cumplir esta obligación fundamental: la cuarentena general, las comunas con cuarentena total, el toque de queda y los llamados a la población a permanecer en sus domicilios han logrado aminorar momentáneamente el proceso revolucionario.

Pero la insurrección no se ha detenido, simplemente ha variado sus objetivos tácticos en función de la contingencia:

En efecto, el pasado jueves 26 de marzo, al menos tres torres de telefonía fueron derribadas con explosivos en el sector de Pichihuillinco, en la comuna de Contulmo, provincia de Arauco.

Si bien desde octubre pasado, reportes no oficiales daban cuenta de al menos 21 atentados a instalaciones de telefonía, la mayoría se habría tratado de simples sabotajes.

En este último caso, el uso de explosivos marca un punto de inflexión fundamental en el escalamiento del proceso revolucionario, y se está investigando si el ataque está relacionado con el robo de explosivos que se efectuó en una empresa de áridos en Tirúa, en octubre pasado.

Al respecto, el jefe de la Octava Zona de Carabineros, el general Rodrigo Medina sugirió entonces a las empresas autorizadas para utilizar explosivos, controlar el volumen almacenado de los mismos frente a la posibilidad de robos.

El pasado 27 de febrero, un grupo subversivo a sistémico, denominado “Afinidades Armadas en Revuelta” instaló dos artefactos explosivos que detonaron en el edificio Tánica, ubicado en Santa María de Manquehue, comuna de Vitacura, sin causar lesionados.

“Este doble ataque explosivo apunta a ambas partes de esa podrida complicidad; romper, aunque sea por un instante con la cómoda vida pacata de los pudientes y dañar a agentes de la represión con la aniquiladora sorpresa” señaló el grupo por medio de un comunicado publicado en el sitio Contrainfo.

“Ambos dispositivos fueron programados con media hora de diferencia para que el primero remeciera la normalidad del barrio burgués y el segundo, de bastante potencia, para que explotara en momentos en que los cobardes violadores del GOPE se hicieran presentes en el lugar, esperando que, por lo menos a uno de ellos, le reventara lo más cerca posible”, agregaron en el comunicado.

Por cierto, debemos señalar que a la fecha no hay ni un Carabinero procesado por Violación, simplemente porque todas las acusaciones que han circulado al respecto en RRSS son absolutamente falsas.

Finalmente, el pasado 12 de marzo, 14 cajas con cerca de 3.000 cartuchos de dinamita fueron sustraídas desde una empresa de explosivos ubicada en el sector de Las Bandurrias, en Rinconada, sin que a la fecha se haya detenido a los autores del robo.

Hasta ahora, salvo el ataque contra las torres de telefonía en Contulmo donde probablemente se utilizó dinamita, no se han registrado otros atentados explosivos contra infraestructura crítica, particularmente contra torres de alta tensión de la red eléctrica nacional, posiblemente porque para derribarlas se requieren explosivos de mayor potencia, como el plástico C4 / RDX, que ya en 2017 se utilizó en el robo a una sucursal del banco BCI en Calama, después de haber sido sustraído desde un arsenal del Ejército. Esta es una de las preocupaciones prioritarias de los organismos de seguridad del Estado.

Otra variación en las acciones subversivas lo constituyen los asaltos realizados por verdaderos comandos delictivos a Bancos, como el efectuado por al menos 7 sujetos contra la sucursal del Banco de Chile, en el sector del Metro Ecuador, Estación Central, donde dos carabineros resultaron heridos a bala y un cliente lesionado, el pasado viernes 20 de marzo, y desde donde se sustrajeron 30 millones de pesos, o el que se efectuó al día siguiente, el sábado 21 de marzo, en la sucursal del Banco Servi Estado del Mall Arauco Express, en Maipú, donde alrededor de 15 delincuentes perfectamente coordinados, lograron sustraer unos 170 millones de pesos.

Así, independientemente de las restricciones de movilidad y manifestaciones públicas producto de la Emergencia nacional por la pandemia de Coronavirus, la insurrección revolucionaria continúa desarrollándose, variando sus objetivos tácticos y sosteniendo una implacable campaña a través de las redes sociales y los medios de comunicación, para desacreditar, atacar e interferir con cualquier medida que tome el Gobierno para contener la pandemia.

En esto último, particular responsabilidad le cabe a los militantes y parlamentarios del Partido Comunista -incluida su militante Iskia Siches, presidente del Colegio Médico-, y del Frente Amplio, donde destaca la virulencia diaria incontenible de Gabriel Boric y Giorgio Jackson.

Y aun así, pese a toda la evidencia anteriormente presentada, hay quienes siguen sosteniendo que Chile vive una “crisis social”.

Como hemos visto, en realidad se trata de una Revolución en curso, que se aprovechará de la verdadera “crisis social” que se ha generado, precisamente, como resultado de sus acciones.

En efecto, se trata de una Revolución que goza de buena salud, mientras todo el país se enferma.

Porque es una Revolución que enferma, que daña, que envenena, que envilece, que saquea, que incendia, que ataca, que destruye y deconstruye, y que día tras día ha venido actuando para poner a nuestra Democracia en jaque, volviendo a imponernos un Plebiscito que establecieron a través de la violencia y el caos.

Es una Revolución enferma de ansias de poder, enferma de resentimiento, enferma de odio y de violencia. Es una Revolución enferma, mortal para nuestra Democracia, para nuestros hijos y para nuestros nietos.

De todos nosotros, de todo patriota, depende sanar y salvar a la República de esta enfermedad revolucionaria mortal, que sin duda es y será mucho más grave que la pandemia que estamos sufriendo, porque de triunfar, enfermará a todo Chile para siempre.

Fuente: https://lavereda.cl/la-revolucion-enferma-alexis-lopez/

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