Por Remigio Pardo


En el día a día el gobierno y en particular el gobernante se solazan en incongruencias, actos irreflexivos o derechamente en un sinnúmero de volteretas. Ahora, en una más de sus piruetas, Boric y su desgobierno vislumbran tomar medidas algo más enérgicas ante la trágica situación de violencia delincuencial con un aumento del crimen organizado y el desarrollo sin parangón del narcotráfico.

Hechos que generan un desesperado clamor ciudadano ante esta verdadera barbarie que se expande en todo el país.

Esta ola de violencia fue incrementada por ellos mismos, ya que resuenan aún las voces refundacionales contra las policías y militares, de quienes hoy son gobierno. Entre ellas, recordamos claramente cuando Boric increpaba a aquellos que hoy requiere, pero que ayer acusaba de  violadores de derechos humanos o asesinos.  Este oportunismo de las actuales autoridades (como les increpa el escritor Cristian Warnken), les lleva a pedir ayuda a quienes ayer denostaron.

Pero esto no es tan simple ya que existen varios problemas para incrementar la seguridad con más policías y/o con que las FFAA salgan a la calle colaborando en el control de la violencia. Esto porque, no hay una definición clara de cuáles serían las condiciones que tendrían las fuerzas de seguridad en la calle. Se comenta que las FFAA solo tendrían presencia en la infraestructura crítica. (falta definir cuáles serían aquellos lugares, ya que existe un largo listado con esas características).

En la zona sur por ejemplo (La Araucanía) hace meses existe un Estado de Excepción "acotado". Allí se decretó este estado que restringe algunas libertades constitucionales hace más de 25 meses. Pero, con este gobierno dicho estado tiene un sinnúmero de restricciones para las FFAA, en otras palabras son como un león sin garras ni dientes, o se está usando a las FFAA como espantapájaros.

Estas incongruencias han llevado a que la violencia haya sido alimentada por la desidia de Boric y su gobierno que tras dos años por su ambigüedad en el tema ha sido como echar bencina en la hoguera de la violencia, con políticas poco claras en inmigración, con señales permisivas con la delincuencia (delincuentes y terroristas amnistiados), con socios en el gobierno que avalan la violencia como acción política, y con un discurso político anti sistémico.

En este escenario el clamor de la ciudadanía pide seguridad y orden en aquellos lugares en los que va en aumento el descontrol de la delincuencia, esto ante un gobierno que ha permitido que tenga un crecimiento sin parangón, no podemos olvidar aquel estribillo octubrista de la campaña de Boric que decía: “Vota Gabriel, Vota Gabriel, y que los milicos se vayan al cuartel”.  En concordancia con ese slogan, recordemos al diputado Boric, encarando a militares en Plaza Italia, por contribuir con el orden portando armas de fuego… a lo mejor quería que llevaran algo así como "un rociador de agua bendita".

Tanto el Frente Amplio como el Partido Comunista han denostado y manifestado constantemente que su objetivo es reducir las Fuerzas Armadas y que la soberanía nacional es solo un concepto, que no se condice con la gran patria bolivariana (¿?).

Y he aquí otra voltereta de Boric: se abre al despliegue militar cuando un alcalde -de los suyos- está solicitando: "que los militares resguarden tanto la población como la infraestructura crítica. Ya que existe una grave crisis de seguridad con el avance del narcotráfico, la delincuencia y el terrorismo, lo que testifica una crisis de seguridad nacional". (textual).

Pero ahora, no es tan simple involucrar a las FFAA para preservar el orden, ni es gratis sacar a los militares a la  calle.

Primero, la formación militar prepara al contingente para un conflicto armado, o sea, se preparan para la guerra. Por lo mismo el soldado no está preparado para enfrentarse a un tropel o a una masa alienada de individuos que reclama por algo, o que están descontentos con alguna medida, o por determinado accionar, ya sea ésta de orden político, económico o social, y cuya herramienta es la violencia urbana. En simple, el soldado tiene preparación y equipamiento para la guerra y su misión es eliminar al enemigo. Por eso las Fuerzas Armadas resguardan la soberanía y todo lo que aquello implica. Por lo demás  y haciendo eco de las palabras del General Iturriaga, actual Comandante en Jefe del Ejército, "el Ejército no está en guerra con nadie...”, a menos que aquellos que quieren involucrar a los militares en este tema, quieran exprofeso provocar una escalada de violencia y culpar de ello a los militares.

Además, en los últimos años son precisamente los políticos y la izquierda quienes han desmantelado aquella legislación que permitía el orden y el respeto a la ley y precisamente por éstas políticas en el presente las FFAA tienen cada vez menos contingente, menos insumos y menos presupuesto. Lo que hace que tanto las policías como las Fuerzas Armadas se encuentren cada vez en mayor desventaja frente al crimen organizado. Incluso se han creado en nuestras narices instituciones que tratan de anular el accionar de policías y soldados. Por ejemplo, los derechos humanos se han convertido en instrumentos ideológicos que actúan con el solo objetivo de defender a los delincuentes e insurrectos.

Ahora, en otra arista de ese mismo tema, cada vez son más los jueces y fiscales que solo buscan proteger a delincuentes, ya que como dice la izquierda "son víctimas del sistema". Y se ha llegado a esto tras años de adoctrinamiento en las escuelas de derecho. Entonces, no es de extrañar que fiscales sin pudor abiertamente protejan a delincuentes, lo que redunda en innumerables policías y militares presos por resquicios legales.

Enumerar todas estas tropelías es como una pesadilla que afecta a cientos de chilenos, en todas las regiones y barrios, donde el vivir se ha teñido con una capa de inseguridad y temor.

Actualmente el Congreso trabaja en las Reglas del Uso de la Fuerza (RUF), las que son un conjunto de normas y principios que regulan la actuación de las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad, en situaciones que se requiere el empleo de la fuerza para el cumplimiento de sus funciones. Pero al proyecto RUF, se acaban de enviar una serie de indicaciones que el gobierno de Boric pretende incorporar, como: "la reacción que se debe tener ante un ataque violentista haciendo una diferenciación por "minorías".

El diputado Longton, integrante de la Comisión de Seguridad, afirmó que: "los cambios enviados por este gobierno, fueron realizados bajo la sombra del octubrismo, ya que éste proyecto va a inhibir el actuar de las fuerzas de orden, lo que claramente, es un retroceso. Las indicaciones para un uso diferenciado de la fuerza, según el grupo de pertenencia, es absurdo, pues transgrede el principio de igualdad ante la Ley"

Las RUF que pretende el gobierno, deberán diferenciar según criterios de género, de orientación sexual, por etnia, si es o no migrante, por género, por edad y varios otros. O sea, se debería tener un trato diferenciado para un migrante, o un gay o un mapuche cuando cualquiera de ellos transgrediese la ley... si así fuese, desde luego en este acto se quebrantaría el principio de: "igualdad ante la ley"

Veamos un caso ficticio: Un uniformado con la misión de preservar el orden es atacado intempestivamente por uno o más  encapuchados, quienes vociferan y atacan con elementos contundentes o bombas molotov, atentando contra su integridad física o el entorno... entonces instantáneamente el atacado deberá discriminar al o los atacantes por nacionalidad, discriminar por sexo o minoría sexual, por grupo etario, ver si pertenece a algún pueblo originario, si es hombre, mujer, niño, adolecente adulto mayor y mucho más...  y solo cuando discrimine a que grupo pertenecen, podrá ver que reacción tener ante el ataque. (Esto es absurdo e impracticable y se prestaría para graves confusiones!).

Lo sintomático es que éste Gobierno, con una ambigüedad sin precedentes, enfrenta esta crisis de seguridad con una paternal protección ideológica para quienes la provocan y no han cesado en dar señales equivocadas en su actuar; pensemos en los indultos de Boric a delincuentes y terroristas o en cómo han obstaculizado los proyectos de seguridad e inteligencia.

Finalmente es la funesta ideología izquierdista de nuestros gobernantes, el gran obstáculo para que los proyectos como las RUF, alguna vez logren "humo blanco".

En definitiva, cuando lo que se requiere son decisiones correctas para que Chile pueda fortalecer nuestra institucionalidad, prefieren empantanar los caminos de solución y, como manifestara el General Martínez, ex Comandante en Jefe: "el Ejército debe ser llamado en problemas militares a dar soluciones militares, cuando las soluciones son estrictamente políticas o sociales, recurrir a él no las resolverá..."

Por eso, las decisiones adoptadas por  Boric y su coalición al enfrentarse a una violencia en aumento, están extraviadas por su extremo ideologismo que les hace perder la lógica, y más bien contribuyen a obstaculizar la senda para cimentar un futuro seguro, próspero y esplendoroso para Chile.

.