Gonzalo Ibáñez Santamaría


Es lo que pretenden los senadores de oposición con el proyecto de ley que han presentado y que apunta a conceder un indulto general a todos aquellos que participaron en calidad de autores, cómplices o encubridores en los actos de destrucción, vandalismo y terrorismo sucedidos a partir del 18 de octubre del año pasado. Comenzando por los que destruyeron el Metro de Santiago, siguiendo por los que incendiaron Iglesias, supermercados, farmacias y comercio en general. También, los que bloquearon calles y rutas urbanas e interurbanas; los que se apoderaron de espacios público como plazas y destruyeron monumentos y mobiliario urbano; los que atacaron a Carabineros incluso con bombas molotov, hiriendo a más de cinco mil de ellos, algunos de extrema gravedad. Para todos ellos, indulto. Lo cual significa que el estado de Chile -de ser aprobado este proyecto- entraría a considerar esas conductas como perfectamente legales. Esto beneficia desde luego a aquellos que han alcanzado a ser procesados pero también a los que también participaron en esos hechos sin que, hasta ahora, ningún fiscal haya procedido contra ellos. Reconozcamos que este proyecto tiene un precedente en el asesinato de esos niños que están por nacer y cuya existencia es rechazada por sus mayores: la ley les autoriza a matarlos. El proyecto que ahora comentamos constituye así un paso más en la misma dirección.

Como respecto de esos niños, este proyecto es también una burla y un vejamen; en este caso, para los miles de chilenos que, por esos actos, fueron afectados en sus propiedades, en sus trabajos, y en sus derechos. Recordemos que más de 300.000 perdieron sus trabajos; cientos de miles, sus lugares de abastecimiento y medios de locomoción. Una burla y un vejamen para esos carabineros -varones y mujeres- que arriesgaron sus vidas y fueron severamente heridos en el combate que libraron por la paz y el orden en Chile. Una burla al estado de derecho y a la historia de esfuerzo en nuestra patria que, por este acto de esos parlamentarios, podría quedar a merced de la delincuencia.

Al margen de si es aprobado o no, este proyecto de ley es bien demostrativo de cómo la violencia fue un ingrediente esencial de las manifestaciones de esos meses y, para nada, la acción de “encapuchados” que se habrían infiltrado en ellas para provocar desmanes. No nos extrañemos que ahora esa violencia agarre nuevas fuerzas y se vuelva más destructora que nunca. El estado de Chile, por la vía de este proyecto, ya habla a quienes vayan a provocarla de garantizarles la impunidad. Los carabineros, en cambio, que han sido procesados o puedan ser procesados por un supuesto abuso de la fuerza quedan fuera de este indulto y sobre ellos caerá el peso de todas las penas que la ley contempla. El mensaje está claro: ¡Ay del carabinero que ensaye oponerse a la violencia! Él será procesado y el violentista, felicitado.

Un paso más en el desmantelamiento del país.

Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm

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