Gonzalo Ibáñez Santamaría


Es lo que corresponde pedir, y exigir, a los políticos de este país, comenzando por los que ocupan cargos de gobierno. Desde luego, la mayoría de ellos no quiere entender algo tan evidente como fue el mensaje que la ciudadanía expresó en la abrumadora mayoría que se pronunció por el Rechazo al proyecto constitucional. Desde luego, y de acuerdo con las mismas reglas que rigieron ese proceso, el voto Rechazo significó que la actual Constitución sigue plenamente vigente. Si alguien tenía alguna duda acerca de la legitimidad de esa Constitución, la votación fue muy clara para ratificar y fortalecer esa legitimidad. Sin embargo, una mayoría importante de los políticos, tanto de gobierno como de oposición, quieren seguir con el juego del cambio constitucional como si de este dependiera la solución de los graves problemas que enfrenta el país. La realidad, en cambio, es muy clara para decirnos que, si hacemos de ese juego el eje de la actividad política, esos problemas -seguridad, inmigración, inflación, desempleo, recesión, etc.- seguirán empeorando como así ha sucedido durante este tiempo en que el tema constitucional fue considerado prioritario.

En este sentido son muy lamentables las declaraciones que hizo Lya Uriarte, la recién designada ministro de la Secretaría General de la presidencia quien, además de insistir en el tema constitucional como primordial para este Gobierno, declaró “Nosotros entendemos que estamos hablando de una página en blanco, empezamos a escribir una nueva Constitución”. Es decir, insiste en el peor error de la Convención pasada cual fue el de considerar que Chile se podía constituir a partir de una página en blanco disponible para llenarse de cualquier manera.

Señora Ministra: Chile es un país ya constituido que tiene a sus espaldas 500 años de historia y que no es cuestión de refundarlo como querían esos constituyentes, sino de afianzarlo y fortalecerlo en su ser para que pueda enfrentar de mejor manera el futuro. Este fue por lo demás el mensaje del pueblo chileno en el pasado plebiscito. Pensemos sobre todo en la formidable votación que el Rechazo obtuvo en las comunas de mayor población mapuche y de otros pueblos originarios. Quedó muy claro que esos pueblos, sin perjuicio de reafirmar su identidad ancestral, se niegan a renegar de su condición de chilenos y se niegan a servir de “conejillos de indias” de quién sabe qué experimentos ideológicos.

Y pensemos también la enorme votación que el Rechazo obtuvo en muchas de las comunas más débiles y vulnerables del país Esa gente se niega a servir de carne de cañón para que otros saquen adelante sus jueguitos de poder.

La responsabilidad política, es decir, la responsabilidad de cara a nuestro país y a su gente exige ocuparnos de los problemas reales de Chile y dejarnos de juegos que en lo único que terminan es en multiplicar esos problemas hasta agobiar a la población.

Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm

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