Gonzalo Ibáñez Santamaría


Es conocida la frase de Lenin de que a veces hay que retroceder primero y esperar una nueva oportunidad para avanzar y así consolidar las posiciones. Traigo a colación esta vieja idea leninista, porque sin duda es ella la que preside la estrategia del gobierno y de sus adláteres después de la derrota que sufrieron el 4 de septiembre pasado. Incluso Boric la enunció cuando en la ONU dijo, a propósito del resultado que tuvo el plebiscito de ese día, que “No puedes ir más rápido que tu gente (…) tenemos que ir un poco más lento”. Se trata así de hacer realidad lo que comentaba Yasna Provoste: "No es que hayamos perdido, es que aún no hemos ganado".

Habiendo transcurrido casi un mes desde el plebiscito impresiona advertir cómo las fuerzas que ocupan el gobierno son las que dirigen todos los pasos para reponer en Chile la prioridad de cambiar la actual constitución para darse una nueva: la que ellos quieran. Parece, entonces, que el resultado del 4 de septiembre no habría sido más que un leve tropiezo que requiere ahora algún repliegue, pero para avanzar pronto aún más rápido.

En esta estrategia colaboran las fuerzas de eso que gusta autodenominarse “derecha” o “centro derecha”. Para éstas, ese resultado parece no tener tampoco mayor significación. La cuestión también para ellas es avanzar hacia la meta de una nueva constitución sin detenerse, como si aquí no hubiera pasado nada. Es asombrosa su posición, pues si alguna conclusión puede sacarse del aplastante triunfo del Rechazo es la de que el país quiere poner término a ese circo constitucional en que nos hemos debatido durante dos años. Por eso votó tan masivamente rechazar el proyecto que se le presentaba y, a la vez, que se mantuviera vigente la constitución actual. Sin embargo, para las fuerzas políticas de un lado y del otro ese resultado parece no decir nada, salvo de que, por el momento, se vaya de manera más lenta, pero sólo para avanzar más rápido apenas las circunstancias lo permitan. Javier Macaya, presidente de la UDI, incluso llegó a decir que para su partido no hay nada intransable. Es, por lo demás, la historia de ese partido desde hace diez años: transar y transar.

Y así está Chile: con una banda de aventureros como gobernantes y una cantidad de problemas cada día más agudos y de más difícil solución. Pero, en vez de ocuparnos de ellos, continuaremos en el circo de la constitución hasta que Chile se quede sin aliento.

Fuente: https://www.facebook.com/gonzaloibanezsm

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