Gonzalo Ibáñez Santamaría


Es, sin duda, una de las principales lecturas que puede hacerse del resultado electoral del pasado domingo 7 de mayo. Porque la ciudadanía, al dar una inmensa ventaja a las fuerzas de la oposición, también expresó por lo menos algún rechazo de esa versión condenatoria de la historia reciente de nuestro país que se le ha querido presentar casi como una verdad revelada.

Es cierto que, en un momento, esa ciudadanía pareció encandilarse con las promesas que algunos grupos le hicieron sobre la base de tal versión. Sin embargo, los hechos sucedidos en los últimos cinco años y la responsabilidad que en ellos han tenido esos grupos, han dejado muy en claro las mentiras de que están llenas esas promesas.

Detrás de esta última votación no puede dejar de apreciarse con mucha claridad la voluntad de evitar las aventuras ideológicas a las que nos han querido conducir los grupos políticos enquistados ahora en el poder. Desde luego, ha quedado en completa evidencia como el modelo económico heredado del gobierno militar, tan condenado y vilipendiado por estos grupos marxistas, es el único que crea riquezas que alcanzan a grandes mayorías nacionales, como lo ha hecho durante estos más de cuarenta años.

Pero, sobre todo, esta votación demuestra como la ciudadanía se ha desengañado con las promesas de que, llegando estos grupos al poder, se iba a acabar con la desigualdad social y que, por esa vía, íbamos a alcanzar una paz mágica que iba a hacer innecesarias nuestras fuerzas de policía y, con ellas, las mismas Fuerzas Armadas. El despertar ha sido dolorosísimo, porque, muy por el contrario, la violencia, el terrorismo y el vandalismo han alcanzado niveles desconocidos en nuestra historia. Y sólo la valentía de nuestros carabineros y su firme decisión de no ceder ante la violencia, a costa de la vida de muchos de sus efectivos, es lo que ha permitido que Chile aún se cuente entre los países que pueden calificarse de civilizados.

Cuando se afirma que el 11 de septiembre de 1973 el país perdió su democracia, se está diciendo que el retorno a esa democracia consistiría en volver al día anterior, esto es, al mismo 10 de septiembre de ese año. Eso es lo que efectivamente ha estado sucediendo hoy y por eso la ciudadanía ha comenzado a entender los hechos de hace cincuenta años en Chile y las causas que los provocaron. Así puede comenzar a comprender cómo la democracia se perdió en Chile por obra del régimen marxista entre 1970 y 1973 y cómo ella comenzó a recuperarse a partir de septiembre de este último año.

La tarea de estos próximos meses, de cara a la conmemoración de los cincuenta años del pronunciamiento militar, es la de que la ciudadanía conozca y comprenda la verdad acerca de los hechos de entonces. Para así adoptar a tiempo las medidas que permitan rectificar el rumbo que llevan hoy los acontecimientos en Chile y evitar un desenlace como el de esa época. Las votaciones del 4 de septiembre de 2022 y la reciente del 7 de mayo recién pasado son muy auspiciosas en este sentido.

Fuente: https://web.facebook.com/gonzaloibanezsm

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