Gonzalo Ibáñez Santamaría
- Es lo que se puede concluir de dos noticias. Por una parte, más de 25.000 funcionarios públicos que disponían de autorización médica para interrumpir el ejercicio de sus labores, han salido de viaje al extranjero en los dos últimos años. Para lo cual, por cierto, hay que gozar de muy buena salud. Es decir, una masiva corrupción empleando fondos fiscales y dejando de lado el cumplimiento de las tareas de trabajo de esos funcionarios.
Por otra parte, un número indeterminado de estos mismos funcionarios públicos ha recibido sumas altísimas por concepto de trabajo de horas extraordinarias. La realidad de estos trabajos extra horarios es muy tenue. En fin, el caso Procultura y las diversas Fundaciones que recibían fondos fiscales simplemente para repartirlos entre grupos de adictos al gobierno. Y, en otro orden de cosas, el uso del poder para doblegar a funcionarias de modo que terminen prestándose para satisfacer los impulsos eróticos de altos funcionarios. Y todo, mientras actividades esenciales para el bien de la población carecen de los recursos mínimos para cumplir con su tarea: salud, educación, seguridad ciudadana y nacional.
Durante años, los grupos que disponen hoy el poder clamaron contra eventuales actos de corrupción anteriores, y se proclamaron moralmente superiores. Hoy ha quedado a la vista cómo ellos son los campeones de la corrupción.
La principal tarea que enfrentamos es precisamente la de devolver a la honestidad y probidad el lugar que han tenido en las mejores partes de nuestra historia
Fuente: https://web.facebook.com/gonzaloibanezsm
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