La Izquierda Chilena, en un Reguero de Caos y Violencia, Profanó la Tumba del Soldado Desconocido

 

 

 

 

 

 

 

 

Osvaldo Rivera Riffo
Presidente Fundación Voz Nacional


"En estas horas duras sangre, esfuerzo, lágrimas y dolor"
Winston Churchill


A días de decidir el modelo de sociedad en el que Chile debe desarrollar su futuro, es bueno hacer un relato histórico de un hecho que para la gran mayoría de chilenos los cubre de asombro, sin meditar en la profundidad que encierra este inédito hecho a nivel mundial.

En la mayor parte de los países civilizados se ha convenido la existencia de un símbolo que conmemore las gestas heroicas de los hombres que tomaron las armas para defender su Nación, su soberanía y su libertad y que quedaron tendidos e inertes en el campo de batalla, muchas veces mutilados y olvidados en el fragor de la crueldad de toda guerra.

En cada uno de ellos hay una flama ardiente eterna y una guardia de honor, rindiendo custodia y homenaje con lluvia, viento o nieve, todos los días las 24 horas.

Chile no debería ser la excepción, menos aún con gloriosas gestas en que el heroísmo y la valentía del soldado chileno cruzó los umbrales de la inmortalidad.

Así nos encontramos con una panorámica en el corazón de la capital, justo en las intersecciones de las Avenidas del Libertador Bernardo O'Higgins por el poniente y Vicuña Mackenna, por el sur. Por el norte, con Avenida Andrés Bello y por el oriente, Providencia.

No deja de ser particularmente interesante la maravillosa coincidencia de estas intersecciones para instalar en dicho lugar un símbolo de nuestra grandeza. Por una parte, la gran avenida de Las Delicias (La Alameda) más tarde honrada con el nombre de nuestro Libertador. Por el sur, con el nombre de quien fuera el gran intendente de Santiago, constructor y embellecedor de la ciudad. Por el norte, el nombre de un personaje ilustre, forjador de nuestra institucionalidad y del código civil y por el oriente la trascendencia de nuestras almas cristianas, representadas por la Divina Providencia.

Ahí, justo ahí, se levanta el monumento de conmemoración histórica como homenaje al gran héroe de la Guerra del Pacífico, el general Manuel Baquedano, y a sus pies descansan los restos mortales de un soldado desconocido que lo acompañó en las batallas que nos dieron como resultado el norte de Chile.  Este cuerpo fue traído desde Tacna por el comandante del Cuerpo de Inválidos, coronel Enrique Phillip Hunneus, sobreviviente de la guerra, en 1900, quien lo depósito en ese lugar en 1931. En su lápida hoy mancillada, se lee: "Aquí descansa uno de los soldados con que el general Baquedano forjó los triunfos del heroísmo"

Mira este marco, con tristeza, la bella escultura del Presidente Balmaceda emplazada a los inicios del parque homónimo.

La Plaza Baquedano, hoy insolentemente llamada plaza dignidad por los representantes del odio y coreada por los medios de comunicación es una demostración real en vivo y en directo del significado que tiene la expresión "pasar la retroexcavadora" comenzando por nuestra historia, por el respeto a nuestros héroes y llenándola de las consignas surgidas del posmodernismo como expresión de la nueva pseudo cultura que nos quiere imponer la izquierda, intentando la destrucción de este gran conjunto escultórico, cuya obra principal fue realizada en bronce al vacío, la más antigua técnica escultórica y basado  en los principios del clasicismo por el gran Virgilio Arias, quien ya anciano y casi  ciego, esculpió la última de sus obras monumentales, con la grandeza y simbolismo que representa  el binomio conformado por el  General Baquedano, sujetando las riendas de su caballo criollo llamado Diamante.

Verdad, vida y belleza, la ley de los grandes académicos del arte, quedó plasmada en el homenaje que el pueblo de Chile les rindió a sus héroes.

Leí en una columna la diferencia que existe entre el arraigo que la comunidad tiene con Prat y las Glorias de la Armada y el desapego con las efemérides militares que no han logrado arraigarse en el consciente popular. No cabe duda de que hay una responsabilidad clara del Ejército quien no ha sabido dar a conocer un relato sólido, cargado de emociones, ejemplos y grandeza heroica, como si lo hizo la Marina con sus victorias.

Esto se evidencia claramente con lo que ocurre hoy en Plaza Baquedano y el monumento ahí emplazado.

El General Baquedano, héroe indiscutido de la Guerra del Pacífico que llegó hasta Lima derrotando al Perú; hoy, es vandalizado, denostado y pisoteado por masas vociferantes, enceguecidos por el odio y la violencia, cuyas bajas pasiones son exacerbadas por la concientización permanente de los grupos, partidos y movimientos que trabajan denodadamente por la desestabilización de la Nación.

¿Dónde está la institución que en vez de fortalecer su seguridad y defender la memoria histórica, plantea en cambio trasladar el monumento?

¿No ven acaso que la Memoria Histórica de nuestro país la han intentado destruir en estos meses de terrorismo y anarquía? ¿No han sido testigos, también, como bajo las llamas, templos patrimoniales, cuna de nuestra fe, han sido reducidos a cenizas, intentando borrar la importancia de la trascendencia de nuestra vida, principio también consagrado en la Constitución que quieren destruir? ¿O se han olvidado, también, que la república recién conquistada, fue ofrecida a la Virgen del Carmen como Patrona de los Ejércitos chilenos?

El soldado desconocido es probablemente un antepasado de más de alguno de los que pisotean y profana su tumba, los cuales por ignorancia y manipulados por la concientización sistemática, no saben que ese soldado, como los miles de esa guerra, salieron de los barrios populares a defender la Patria de la agresión extranjera, de los mismos barrios de donde hoy, proviene la agresión a la memoria histórica y al bienestar de nuestro país.

Esto no ocurre en los países civilizados, donde igualmente se han producido levantamientos populares. Sin ahondar mucho en los ejemplos algunos saltan a la vista. En Paris, los chalecos amarillos han respetado los monumentos; en Lima, las protestas pasadas tampoco tocaron las estatuas que relatan la historia del país; menos ha ocurrido en Argentina, donde pese a las manifestaciones y enfrentamientos monumentales, no se ha tocado la memoria histórica. Sin duda, ha habido situaciones odiosas en ciudades de EE.UU. e Inglaterra; pero han sido reprimidos con eficiencia, usando los mecanismos que el propio Estado garantiza para controlar la violencia. 

Pero en Chile todo esto ha ocurrido a ojos vistos del gobierno.  El economista Sebastián Edwards en su última columna lo expresó en pocas líneas: "creo que Chile ha retornado a sus orígenes (...)un país del montón, mediocre, polarizado, con instituciones débiles".

Pues bien, medite en estas horas duras. La izquierda ha dado muestras claras de lo que quiere y a donde nos conduce. Un gobierno títere de la izquierda nos empuja al caos.  No dude y vaya a votar. Marque Rechazo y en la segunda   papeleta vote Nulo, marcando las dos opciones, los héroes de nuestra historia lo recompensarán.

Le pido en estas horas duras; sangre, esfuerzo, lágrimas y dolor, ¡¡pero Salvemos Chile!!

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