Osvaldo Rivera Riffo
Presidente
Fundación Voz Nacional
He escrito y he participado en ya una cifra increíble de columnas y programas por YouTube y debo confesar que siempre quedaba con una contradicción, cuando por las razones que afectaban el comportamiento social desde hace ya un tiempo, se expresaba o expresaban mis interlocutores como factor capital de la crisis, el modelo económico aplicado en chile desde fines de la década del 70 de la mano de la escuela de Chicago. Confieso que me costaba diferenciar las bondades de los grandes defectos de su aplicación
Sin duda que los fundamentos esenciales para alcanzar el desarrollo con la diversificación de la economía e impulsar el mercado como la palanca central del proceso fue exitoso, alcanzando niveles de crecimiento extraordinarios y transformando al país en un ejemplo para el mundo. Cambio la fisonomía en todo orden de cosas del chileno, borrando la extrema pobreza bajando los niveles de desigualdad y provocando una movilidad social impresionante. Los índices de medición para considerar en el plano económico al país como a las puertas del más desarrollado de américa latina fue un hecho indiscutible. Pero distorsionaron los principios y del modelo se hicieron cargo los mercaderes cuya norma es y ha sido ser inescrupulosos y avaros, inmorales y lo peor indolentes, cuyo Dios al que adoran es el dinero y donde encontraron en política sacristanes por cientos, que con el humo engañador del incienso fueron destruyendo el alma nacional
Los voceros de las bondades del modelo predicaban y lo siguen haciéndolo que bajo su égida se logran niveles mayores de libertad individual acuñándose el concepto sociedad libre.
Sin embargo ambas afirmaciones resultaron con el tiempo conceptos vacíos carentes de fundamento filosófico y solo acuñados para justificar la importancia que los ideólogos le dan al término “elegir” como si esa fuese la panacea de la libertad.
No cabe duda que el modelo económico impulsado por sectores de derecha primero y luego apropiados por la nueva izquierda, ambos liberales, trabajaron en virtud del concepto de la masa casi como réplicas del famoso título del libro de Ortega y Gasset “La rebelión de las masas”
Cito al propio filósofo español: “la muchedumbre de pronto se ha hecho visible, se ha instalado en los lugares preferentes de la sociedad. Antes sí existía, pasaba inadvertida, ocupaba el fondo del escenario social: ahora se ha adelantado a las baterías, es ella el personaje principal. Ya no hay protagonistas: solo hay coro.”
Sin pretender hacer un paralelo con el filósofo lo que sería una grosería, en Chile se publicó un libro titulado “La Revolución Silenciosa” es un manual explicativo del fenómeno económico, no un libro de filosofía, y por tanto un texto que carece de toda preocupación por los efectos del sistema, en la naturaleza del Ser y los factores culturales que impactan en el Alma Nacional. En resumen sostiene el autor “la revolución silenciosa es en general un conjunto de cambios económicos y transformaciones que están ocurriendo en nuestro país… los cambios de mentalidad que afectan al sector educacional, contribuyen a variar la forma en que los chilenos viven”, conceptos expresados en la clase magistral que dictó en la Universidad Austral en 1988 el propio autor. Y proseguía: “…en la actualidad tenemos niños distintos porque los medios son distintos, destacando el hecho de que a los 12 años, un niño ha pasado 10.000 horas frente al televisor, el que le provee información que antes sus padres no tuvieron” Al terminar su explicación remató con la siguiente frase “para que el cambio MATERIAL continúe dependerá de la política económica “
Bueno esa revolución fue tan silenciosa que no se vieron los efectos desbastadores que provocaron en la naturaleza del ser y en la identidad cultural de la nación ya que con las políticas económicas que la sustentaban se fue generando la base de un desequilibrio valórico tremendo, reinando como factor relevante la competencia sin fronteras morales ni éticas, transformando al niño con 10.000 horas de información televisiva en seres arrogantes individualistas, egoístas y carentes de inteligencia emocional.
Se descuidó el mayor ingrediente para construir una sociedad sana: la cultura y se despreció la filosofía, la historia, el cultivo del arte en todas sus expresiones. Se introdujo el concepto material como sinónimo del verbo “tener” y se despreció el cultivo del espíritu perdiéndose los valores de la lealtad, la amistad, la familia, la religión, dando lugar a que la ignorancia con las armas de la tecnología ocupara los espacios reservados a los capaces y meritorios.
Las masas arropadas con buenas zapatillas Nike y parkas estilo americana, fueron ocupando los espacios por sobre los deberes, creyendo que todos sus derechos adquiridos son por voluntad política y no por esfuerzo intelectual y sujetos al orden natural y al estado de derecho.
Así llegamos al día de hoy, con una Patria amenazada, con una Nación despreciada. Con los símbolos mancillados y con un sistemático aniquilamiento de los héroes que nos legaron identidad.
De no ser así, no habría explicación para entender las frases de empresarios que semanas pasadas clamaron al cielo pidiendo las penas de infierno para castigar a un gremio como los camioneros, que en paro nacional reclamaban por SEGURIDAD en el desarrollo de su importante labor y por otros beneficios que les ayudarían a una mejor forma de enfrentar la crisis que los golpea. Pero los empresarios, parte de los niños que crecieron con 10.000 hrs. de televisión hoy velan por sus interés. Velan por las bondades económicas de la diversificación, de los economismos y cómo se ven perjudicadas sus inversiones, sin pensar que hay personas, no masas, que buscan lo mejor para la Patria, que buscan caminos ciertos para el futuro. Pero los empresarios no están interesados en la seguridad, en la muerte de camioneros o trabajadores o gente humilde, a ellos no les interesan los conflictos generados por el terrorismo en la macrozona sur. Están interesados en la exportación y hoy día de las de cerezas, para que lleguen a buen precio competitivo a China. Así, con la justificación de las divisas de ingreso, Chile da igual, es solo un mercado.
Así surgen las expresiones de la miseria humana, expresadas por boca de estos individuos que claman por sus intereses y no por el bien de la nación. Son los de siempre, aquellos que la historia siempre marca como desleales y oportunistas, que comercian con la vida y el alma de los pueblos
Por tanto, a todos aquellos que luchan por Chile, adelante con sus demandas. El país los aplaude por su valentía para enfrentar el desgobierno, el pueblo trabajador ésta primero y la seguridad, un rol inalienable del Estado, debe ser impuesto aunque hoy no sea prioridad para el gobierno.
A exigirla con fuerza, ya que el soberano es el pueblo no el gobernante.
¡Así de claro!!!
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