31 de diciembre, 2019

 

 

 

 

 

Jose Antonio Kast
Presidente Partido Republicano


Al contrario de lo que piensan algunos, rechazar esta nueva Constitución nacida del chantaje y la violencia, puede ser el acto más patriótico y comprometido con nuestra historia que podamos realizar.


Último día de un año agitado, cargado de emociones y angustias, que se ha alargado tanto que nunca pensamos que iba a terminar. Pero termina, y mañana comienza otro que será aún más difícil para nuestro país y donde ya sabemos que se juegan cosas fundamentales para el futuro de nuestros compatriotas.

El 26 de abril del 2020 tendremos un plebiscito a nivel nacional, donde más de 14 millones de chilenos tendrán la oportunidad, mediante la aprobación o el rechazo a la Nueva Constitución, una oportunidad para juzgar lo que ha pasado en Chile en los últimos 40 años y delinear lo que espera que pase en los próximos 40.

Más allá de la chimuchina y el populismo, los datos muestran que Chile es el país más exitoso de los últimos 40 años en Latinoamérica y que su progreso social, económico e institucional, es un ejemplo para la región y para el mundo. Quizás el dato más concreto y expresivo de esto es cómo hemos avanzado en el Índice de Desarrollo Humano, que mide mucho más que la economía y que muestra cómo hay naciones que involucionan y otras derechamente se van para atrás. En este índice, los datos sobre salud, educación, economía y otros muestran cómo hemos avanzado hacia un desarrollo mucho más integral y que, en el agregado, son millones de chilenos los que se han beneficiado de este progreso.

Sin duda, nos falta mucho más. Los desafíos de la modernidad también han evidenciado las carencias que tiene nuestro pueblo, las angustias de la clase media, y los problemas que sufren los más vulnerables. Decir que nuestra estructura y trayectoria constitucional ha sido exitosa no busca darle un portazo a las demandas y urgencias sociales, sino que poner en perspectiva el lugar en que nos situamos y desde donde queremos avanzar.

En Chile tenemos muchas deudas pendientes en temas como la salud, la educación, la seguridad pública y las pensiones, para lo que necesitamos reformas profundas que nos permitan seguir progresando. Nuestra única objeción es que no es necesario cambiar nuestra Carta Fundamental, ni someterla al escrutinio completo de una hoja en blanco, para poder materializar esos cambios.

En los últimos tres meses el país se ha hecho más pobre, más desigual y menos atractivo para los extranjeros e inversionistas. Las confianzas se han debilitado y la amargura de nuestro pueblo desborda las calles y oficinas de nuestra estrecha franja de tierra. La economía y el empleo se verán muy afectados en los próximos meses y las deudas de la nación aumentarán, presionando diversos índices y retrotrayéndonos a la situación de muchos años atrás. Aún así, el Plebiscito Constituyente será una oportunidad para realizar el juicio crítico y ratificar nuestra adhesión a los éxitos y desafíos de nuestra actual Carta Fundamental.

Al contrario de lo que piensan algunos, rechazar esta nueva Constitución nacida del chantaje y la violencia, puede ser el acto más patriótico y comprometido con nuestra historia que podamos realizar. Es una oportunidad para frenar este proceso de cheque en blanco que algunos quieren darle a los violentistas y ratificar el camino que Chile escogió hacia el desarrollo y la libertad. Depende de cada uno de nosotros que este 2020, no sea el último año de nuestras vidas como país libre, independiente y en busca del desarrollo. Hay mucho en juego.

Fuente: https://ellibero.cl/opinion/jose-antonio-kast-2020-el-ano-mas-importante-de-chile/

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